El presidente Sebastián Piñera nombró este miércoles a Hermes Soto Isla como nuevo general director de Carabineros, luego de la renuncia de Bruno Villalobos, entregando una importante señal de recambio al interior de la institución policial.
Este nombramiento significa en la práctica un descabezamiento del alto mando de la policía, debido a que Soto, al ser la quinta antigüedad, obliga al resto de la cúpula de Carabineros -4 generales- a pasar a retiro.
Soto, quien hasta diciembre pasado se desempeñó como general de la Octava Zona Policial, es hijo de un suboficial mayor de Carabineros, es decir, no es parte de la élite tradicional de la policía uniformada.
Asimismo, tiene un profundo arraigo en la región del Bío Bío, como él mismo ha reconocido, ya que tuvo que afrontar experiencias límite, como la Tragedia de Antuco cuando estuvo en Los Ángeles y el Terremoto de 2010 cuando fue prefecto de Concepción.
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Su padre es reconocido al interior de la policía uniformada por su historia de esfuerzo, que incluyó el trabajar como soldador en su tiempo libre, para sacar adelante los estudios de sus seis hijos.
No obstante, el propio general Soto también es admirado dentro del personal por su cercanía con los carabineros PNI o suboficiales, como se les denomina.
Aunque, su mayor logro fue la construcción de la primera Escuela de Suboficiales en regiones, en 2016, logrando en 6 meses levantar el edificio en Concepción con ayuda de mano de obra de funcionarios que se ofrecían para ayudar en sus tiempos libres. Esta escuela permitió abrir 540 cupos para los cabos y sargentos que deseaban seguir ascendiendo.
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Durante su paso por el Bío Bío, por otro lado, se hizo cercano al mundo político local, como la senadora UDI Jacqueline Van Rysselberghe y el excandidato presidencial Alejandro Navarro.
Debido a este historial, su nombre ya sonaba como posible alternativa al interior del oficialismo para suceder al cuestionado Bruno Villalobos, en medio de la crisis al interior de Carabineros por el millonario fraude al interior de la institución y la fallida Operación Huracán.
De esta forma, el gobierno del recién asumido Sebastián Piñera ahora deberá seguir adelante con las medidas prometidas, como por ejemplo separar las funciones de las dos policías nacionales: mientras la PDI se enfocaría en las labores netamente investigativas de los casos, Carabineros lo haría en las funciones preventivas del delito.