Uno de los proveedores de la campaña del senador Fulvio Rossi, Marco Antonio Quintanilla, reconoció, en el marco de la investigación por el Caso Soquimich (SQM), que el congresista le pidió emitir una factura a la minera no metálica, pese a que los servicios gráficos prestados eran para su candidatura a senador.
Una factura por $4 millones 800 mil, de la empresa Imaginarium a SQM -que fue rectificada ante el Servicio de Impuestos Internos por la firma- es uno de los antecedentes que pesquisa la fiscalía para sustentar los cargos que se le atribuyen al senador en la investigación por financiamiento ilegal de la política.
Cargos que el Ministerio Público no pudo comunicar al legislador en dos audiencias fallidas que desencadenaron una solicitud para su desafuero, el que se discutirá el próximo 25 de octubre en la Corte de Apelaciones de Santiago.
Se busca acreditar, por el ente persecutor, el delito de facilitación de facturas falsas, lo cual el requerido habría propiciado a través de terceros, como su asesora de prensa Mariela Molina. Todo, presuntamente, previo acuerdo con el exgerente de Soquimich e imputado en la causa, Patrico Contesse.
Según fuentes de Radio Bío Bío, la fiscalía no sólo tiene el antecedente de la factura por casi cinco millones de pesos, sino que también la versión del emisor del documento: el dueño de Imaginarium, Marco Antonio Quintanilla, quien el pasado 21 de agosto explicó a la fiscal Carmen Gloria Segura la forma en que se acordó la emisión del documento.
Relató ante la acusadora que “pude hacer memoria y puedo decir que recordé -que fue Fulvio Rossi– quien me pidió que emitiera la factura a SQM S.A. por trabajos prestados por mi y mi empresa a las actividades de Fulvio. Para que mantuviera su imagen visible y vigente ya que estaba interesado en ser candidato a senador por Arica e Iquique, para seguir escalando”.
El testigo asegura además que fue Mariela Molina quien en 2009 lo llamó para que entregara en SQM la factura que le pidió Rossi, cobrándola de forma posterior ya que, subraya, “lo único que me interesaba era que me pagaran”.
Los investigadores del caso le preguntaron sobre los servicios que proporcionó al congresista. Quintanilla dijo que eran “…servicios de imprenta diversos, recuerdo que él siempre me pedía lienzos impresos en cartón, papel, para distintas actividades que realizaba en el transcurso de su gestión. Él me decía que para dar el próximo paso a senador debía mostrarse como un gran diputado.”
Relató además que Rossi tenía un bus “que no sé de dónde lo sacó, pero sí puedo decir que yo saqué toda la gráfica corporativa del vehículo, con PVC autoadhesivo, que cubría todo el bus con su fotografía y su nombre”. También indica que era uno de los tantos trabajos que se le encomendó, lo cuales eran cancelados en efectivo.
El proveedor de campaña también aportó a la investigación, según conoció este medio, que se trabajó en la candidatura de forma prematura, en 2008, fecha de la factura emitida a Soquimich. Dijo que “él (Rossi) estaba preparando su campaña a senador desde antes, por lo tanto lo que me encargaba, según me señalaba, estaba vinculado a su futura elección”.