Por la unanimidad de sus miembros, el Consejo Nacional de Educación ratificó el cierre de la Universidad Arcis.
Desde el Ministerio de Educación descartaron las críticas de la presidenta de la Federación de Estudiantes que acusó una maniobra política.
Extrabajadores y estudiantes del plantel emplazaron al Partido Comunista a que asuma su responsabilidad y aseguraron que una gran número de alumnos optará por seguir en la institución y no ser reubicados.
Hace cinco meses la ministra de Educación, Adriana Delpiano, sinceró la situación que vivía la Universidad Arcis. Sin embargo, los efectos políticos contrarios que generaron sus declaraciones al interior de la Nueva Mayoría, en especial en el Partido Comunista, llevaron a que el Gobierno decidiera esperar y aguardar por el milagro de matricular sobre 500 estudiantes nuevos este año.
Como era previsible, el proceso fue un rotundo fracaso, sólo 8 personas se matricularon y el Mineduc inició las labores para el cierre, solicitando al Consejo Nacional de Educación la revocación de su reconocimiento oficial y cancelación de la personalidad jurídica.
Su presidente, Pedro Montt, detalló que la petición que fue ratificada la tarde de este miércoles, en una sesión extraordinaria, por la totalidad de los miembros del organismo.
Desde el Mineduc, la jefa de la División de Educación Superior, Alejandra Contreras, se mostró tranquila con la decisión del CNED y descartó que el administrador provisional, Patricio Velasco, haya sido el responsable de la debacle de la institución, como lo ha señalado la Federación de Estudiantes de Arcis.
Pese a la gran cantidad de antecedentes que dan cuenta de la responsabilidad que tuvo el Partido Comunista en la crisis financiera de Arcis, la presidenta de la federación, Sandra Beltrami, nunca ha querido ahondar en ese tema, y más bien sus críticas siempre han apuntado al administrador provisional y el Ministerio de Educación.
Esta vez, tras conocer el cierre definitivo, Beltrami acusó una maniobra política para dejar morir al plantel privado.
Durante años, y al igual como lo hacen las universidades que lucran, Arcis operó por medio de empresas inmobiliarias, controladas por el PC al igual que el plantel. Sin embargo, a fines de 2013, cuando ya se aprestaban a ser parte del Gobierno, la colectividad decidió hacer retiro de su inversión, propiciando el descalabro económico de la institución, que llegó a sumar más de 8 mil millones de pesos.
Así lo entienden los más de 200 extrabajadores que se autodespedieron, con el propósito de recibir los sueldos, que por meses mantuvieron impagos, al igual que sus cotizaciones previsionales. Pese a ganar los juicios, hasta el día de hoy Arcis no paga los cerca de mil millones que le adeudan. Jacksa Suazo, extesorera del sindicato uno, aseguró que el Partido Comunista no tuvo ninguna consideración con ellos.
Según cifras del Mineduc, son cerca de 400 los estudiantes que se mantienen en Arcis, de los cuales más del 50% estaría por la opción de seguir en el plantel, desechando la reubicación en otra universidad.
La presidenta del Centro de Alumnos de Derecho, Noemí Hernández, además adelantó que el próximo uno y dos junio, se elegirá una nueva federación, ya que la actual no los representa.
Aunque el Ministerio de Educación inició negociaciones con algunas universidades, entre ellas la Universidad de Chile, para la reubicación de los estudiantes; éstas se congelaron debido a las pocas solicitudes que hubo, labor que ahora deberá retomar el futuro administrador de cierre que designe el Mineduc y que tendrá que ser ratificado por el CNED.
Se prevé que el plan de cierre de Arcis se prolongará, al menos, por 3 años, mismo período de tiempo por el cual la junta de acreedores decidió mantener el giro del plantel, tras la quiebra del establecimiento.