Como una forma de materializar la ofensiva prometida por los estudiantes, la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) llamó a las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales a discutir la posibilidad de comenzar un paro nacional indefinido desde el 1 de junio.
Por esta razón, les solicitaron que en 48 horas ya exista una respuesta a nivel nacional sobre este tema.
Gabriel Iturra, vocero de la Confech y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central (Feucen), señaló que esperan que la mayoría de las casas de estudio se sumen al llamado para concretar la radicalización del movimiento estudiantil.
Por su parte, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach) y también vocera Confech, Marta Matamala, manifestó que este escenario es el reflejo de los “cambios de disposición de parte del movimiento estudiantil que se grafica en este llamado a paralización indefinida que se va a votar el día miércoles a nivel nacional, y en esa jornada de movilización anunciada para el 9 de junio, donde ya no vamos a convocar únicamente a estudiantes secundarios y estudiantes universitarios”.
De hecho, para la marcha del próximo 9 se junio la Confech llamará a las organizaciones de trabajadores para que participen en la movilización.
Asimismo, durante la reunión de la confederación este fin de semana crearon un documento nacido de las iniciativas dialogadas en el paro reflexivo del pasado 17 de mayo.
Entre ellas destacan la necesidad de un financiamiento para la gratuidad mediante presupuesto, un marco regulatorio para el aporte estatal a las universidades y la eliminación de la PSU.
Según señaló Gabriel Iturra, más que entregar el documento a la ministra de Educación, Adriana Delpiano, “nosotros queremos entregárselo al país porque es un debate público y también una propuesta que tiene que conocer todo el mundo. Tiene elementos de acceso donde, por ejemplo, planteamos la eliminación de la PSU y el cambio de este mecanismo… Habla del aumento o terminar con la prohibición y la restricción a las universidades estatales para que puedan aumentar su matrícula“.
A los anteriores se suman el cambio del financiamiento a la gratuidad de glosa a un presupuesto permanente y las condiciones mínimas que las universidades deben cumplir para recibir aportes del estado.