Más de mil palestinos detenidos en cárceles israelíes iniciaron este lunes una huelga de hambre colectiva, un movimiento lanzado por Marwan Barghuthi, líder de la segunda intifada condenado a cadena perpetua.
Esta huelga de hambre pretende “acabar con los abusos” de la administración penitenciaria, indicó Barghuthi, una figura de la resistencia palestina a la ocupación israelí, en una tribuna enviada al diario estadounidense The New York Times desde su prisión de Hadarim, en el norte de Israel.
Esta huelga copaba este lunes las portadas de los medios palestinos, un tema central ya que actualmente hay 6 mil 500 palestinos encarcelados por el Estado hebreo.
Desde 1967 y la ocupación por el ejército israelí de los territorios palestinos, más de 850 mil palestinos fueron encarcelados por Israel, según sus dirigentes.
Estos últimos años, varios palestinos efectuaron huelgas de hambre individuales para protestar contra los abusos, que les llevó al borde de la muerte y terminaron con acuerdos sobre su liberación. Algunos, sin embargo, fueron después detenidos de nuevo.
‘Apartheid judicial’
Estas iniciativas individuales provocaron avivados debates en la sociedad palestina. Muchos denuncian actos peligrosos para los que se ponen en huelga y sin impacto en las condiciones del conjunto de los prisioneros.
Esta vez, por primera vez desde hace años, se decidió un movimiento colectivo, que podría ser “una prueba” para Israel, advertía hace unos días Qaddura Fares, que dirige el Club de los Prisioneros Palestinos, la oenegé de referencia en los territorios ocupados sobre la cuestión de los detenidos.
Barghuthi, gran rival del presidente Mahmud Abas en el centro de su partido Al Fatah y a menudo líder en las encuestas sobre una hipotética elección presidencial palestina, organizó este movimiento.
“Los prisioneros palestinos sufren torturas, tratos degradantes e inhumanos y negligencias médicas, algunos han muerto detenidos”, denunció en su tribuna en The New York Times el que fue uno de los impulsores del levantamiento más emblemático contra Israel entre 2000 y 2005.
Barghuthi denunció “un apartheid judicial que garantiza una impunidad para los israelíes que han cometido crímenes contra los palestinos y criminaliza (…) la resistencia palestina”.
Los prisioneros piden entre otras cosas teléfonos públicos en las cárceles, derechos de visita ampliados, el fin de las “negligencias médicas” y de los envíos a aislamiento, así como el acceso a los canales de televisión y a la climatización.
Cerca de mil 300 prisioneros participan en el movimiento “y esta cifra podría aumentar en las próximas horas”, declaró a la AFP Issa Qaraqee, encargado de la cuestión de los prisioneros dentro de la Autoridad Palestina.
“Según las informaciones de las que disponemos por ahora, 1.500 prisioneros se niegan a alimentarse”, precisó por su parte Amani Sarahneh, portavoz del Club de Prisioneros.
El portavoz de la administración penitenciaria israelí, Assaf Labrati, afirmó a la agencia France Presse que “700 prisioneros anunciaron ayer (por el domingo) su intención de iniciar una huelga de hambre”.
‘Día de los prisioneros’
El lunes por la mañana, añadió, la administración realizaba “verificaciones para ver cuántos prisioneros se negaban efectivamente a alimentarse ya que algunos podrían limitarse a una huelga simbólica y empezar de nuevo a comer después”.
Según el Club de Prisioneros, “la administración penitenciaria confiscó todos los bienes que se encontraban en las células de los huelguistas” y algunos habrían sido transferidos a otras prisiones.
Esta huelga de hambre ilimitada se lanzó con ocasión de las celebraciones “del día de los prisioneros”, festejada cada año por los palestinos desde hace más de 40 años.
Entre los 6 mil 500 palestinos actualmente detenidos por Israel, figuran 62 mujeres y 300 menores (niños y niñas). Cerca de 500 de ellos se encuentran bajo régimen extrajudicial de la detención administrativa que permite una encarcelación sin proceso ni acusación. Además, 13 diputados palestinos están detenidos.
Israel ocupa territorios palestinos como Cisjordania desde hace medio siglo. Las negociaciones de paz que deben desembocar en la creación de un Estado Palestino en coexistencia con el Estado de Israel están en punto muerto.