Rusia y China vetaron este martes un proyecto de resolución de la ONU impulsado por Estados Unidos, Reino Unido y Francia para imponer sanciones a Siria por los ataques con armas químicas de 2014 y 2015.
El bloqueo coincide con la dificultad que afronta la ONU por llevar adelante las negociaciones de paz en Ginebra tras seis años de conflicto.
La medida -que quería imponer sanciones a once ciudadanos sirios y diez entidades- logró nueve votos a favor, pero China, Rusia y Bolivia se opusieron. Kazajistán, Etiopía y Egipto se abstuvieron.
Para ser aprobadas, las resoluciones de la ONU requieren nueve votos a favor y ningún veto.
Esta es la séptima vez que Moscú bloquea una resolución para proteger a Damasco, su aliado en Oriente Medio. China, miembro permanente del Consejo de Seguridad como Rusia, lo ha hecho en seis ocasiones.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió antes de la votación que su país no respaldaría la resolución al ser “muy inapropiada”.
Pero la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, reiteró que era “muy apropiada”.
“Es un día triste para el Consejo de Seguridad cuando sus (países) miembros comienzan a excusar a otros (países) miembros que matan a su propio pueblo”, dijo al Consejo de Seguridad tras la votación.
“Definitivamente el mundo es un lugar más peligroso”, añadió Haley.
El texto proponía sancionar a 11 ciudadanos sirios y a diez entidades vinculadas a los ataques químicos en la guerra civil.
Además, prohibía la venta, suministro o transferencia de helicópteros y material vinculado, incluidas piezas de repuesto, a las Fuerzas Armadas o al gobierno sirio.
Una investigación de Naciones Unidas que en octubre concluyó que la Fuerza Aérea siria lanzó barriles-bomba de cloro desde helicópteros sobre pueblos en poder de la oposición en 2014 y 2015.
El grupo de investigación integrado por la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) también estableció que el Estado Islámico (EI) usó gas mostaza en un ataque en 2015.
El régimen sirio ha negado una y otra vez el uso de armas químicas en la guerra civil, que ha dejado más de 300.000 muertos desde marzo de 2011.