Los cancilleres y representantes de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizan este miércoles en Washington una aguardada reunión para discutir la crisis en Venezuela, pero deberá superar sus divisiones internas para poder ofrecer un camino viable al convulsionado país sudamericano.

Se trata de la 29ª reunión de consultas de la OEA a nivel de cancilleres, pero las tensiones provocadas por la convocatoria hicieron que hasta la víspera apenas poco más de la mitad de los ministros de relaciones exteriores confirmaran su presencia en la reunión.

En la recta final los equipos diplomáticos aceleraron las consultas para tratar de formular una propuesta que se aproxime a un consenso o que por lo menos supere las heridas abiertas por el proceso que condujo a la convocatoria de la reunión.

Fue precisamente la decisión del Consejo Permanente de la OEA de convocar a la reunión de consultas el paso que motivó la reacción de Venezuela de iniciar formalmente su salida de la entidad continental, un proceso que tardará dos años en completarse.

Desde que inició ese proceso, Venezuela dejó de asistir a las reuniones en la sede de la OEA, aunque un par de horas antes del inicio de la consulta de este miércoles había acreditado su participación.