Argentina está consternada por el brutal asesinato de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años a la que se le drogó con altas dosis de cocaína, cigarrillos de marihuana y fue violada por al menos dos hombres.
Dos sujetos se mantienen tras las rejas como responsables del horroroso hecho que sacudió a la comunidad de Mar del Plata, la que sería la ciudad bonaerense con mayor tasa de homicidios según Clarín de Argentina.
Los imputados se han negado a ofrecer declaraciones y se les fue extraída una muestra de sangre para cotejar su responsabilidad en el hecho, ya que en el lugar del escabroso acto, se encontraron tres preservativos. Por lo que se presume que se mantiene en libertad un tercer responsable.
Guillermo Pérez y Marta Montero, papás de Lucía, aseguran tener información de un tercer sujeto. “A nosotros nos dijeron que podría haber un menor con estos dos animales, pero no lo sabemos. No queremos acusar a nadie, sólo que se sepa qué pasó”, declaró el padre al diario argentino.
Los imputados y detenidos por el crimen responden al nombre de Matías Gabriel Farías (23) y Juan Pablo Offidani (41). La fiscal del caso, María Isabel Sánchez, tiene la misma sospecha y cree que un tercero pudo ayudar a preparar el cuerpo moribundo de la menor para llevarlo un centro de salud.
La fiscal comentó en la rueda de prensa del miércoles que Lucía había muerto tras sufrir “una agresión sexual inhumana”.
La investigación adelante que la menor de edad fue el sábado a la casa de Farías en Playa Serena, al sur de la ciudad. Al parecer, se conocieron en los alrededores de la escuela de la chica, donde los imputados vendían drogas, por lo que ella le había comprado un cigarrillo de marihuana.
En esa casa, Lucía fue sometida a torturas, incluyendo empalamiento, que finalmente le provocaron la muerte. “Se le proveyó de cocaína en abundancia, también de cigarrillos de marihuana y, mermada su voluntad, se la sometió a un vejamen terrible”, explicó la fiscal Sánchez.
El único hermano de la chica, Matías, valoró la tesis de un tercer implicado y enfatizó que Lucía “no era una drogadicta como habían difamado”.
Los imputados fueron detenidos un día después del crimen en la misma camioneta que habrían usado para llevar a la menor al centro de salud, luego de ducharla y vestirla, en un intento de hacer creer que su estado obedecía a una sobredosis, pero los resultados del estudio revelaron otra cosa.
En el vehículo llevaban casi medio kilo de marihuana, cocaína y billetes. A ambos se les imputa un delito que les podría hacer pagar una condena perpetua: “Violación seguida de muerte agravada por la provisión de estupefacientes, y homicidio criminis causa”.
“No hay dudas de las responsabilidad penal, aunque con distinto grado de participación”, dijeron en la fiscalía. Por medio de su abogado, Offidani solicitó un estudio de ADN. Sánchez, además, pidió que se les realicen pruebas psicológicas y psiquiátricas.
La fiscal recibió en los Tribunales a los papás de Lucía, quienes al salir pidieron la colaboración de testigos. “Es indescriptible todo lo que le han hecho, si alguien vio algo que se acerque a contarlo”, suplicó la madre. Y exigió: “Espero que estos malditos nunca más salgan de la cárcel”.