El presidente interino de Brasil, Michel Temer, sostendrá este viernes una reunión de emergencia como parte de su gabinete tras los ataques en Niza para evaluar cómo fortalecer la seguridad en los Juegos Olímpicos de Río, que comienzan en tres semanas.
“Creemos que vamos a tener que intensificar el sistema de control de seguridad” de cara a los Juegos Olímpicos de Río que se extenderán entre el 5 y el 21 de agosto, adelantó el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, a la televisora Globo.
“Vamos a tener que aumentar el número de ‘checkpoints’ y los controles, además de otras medidas”, explicó el ministro, e indicó que se están pidiendo más informaciones “a nuestros amigos militares de Francia”.
Más seguridad, más “incomodidad”
El ataque de Niza “nos preocupa y estamos revisando y ampliando nuestros controles, nuestros chequeos, aún cuando eso represente una incomodidad más para aquéllos que van a participar o para aquéllos que van a asistir a las Olimpíadas. Pero se hace necesario en nombre de la seguridad de todos”, enfatizó Jungmann.
En la reunión que se celebrará en el Palacio de Planalto participarán el titular de Defensa, el de Justicia, Alexandre de Moraes, y el ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, Sergio Etchegoyen, dijo la presidencia brasileña a la AFP. Una rueda de prensa fue programada tras el término de la cita.
Etchegoyen anticipó también “una revisión” de las medidas de seguridad después del ataque que dejó 84 muertos en el sur de Francia.
“Es importante que la prensa nos ayude para que la población comprenda que cambiamos un poco de comodidad contra más seguridad”, subrayó el responsable militar.
Jungmann destacó que, el que el ataque en Niza haya sido realizado con un camión, “deja claro que cualquier herramienta, cualquier instrumento, cualquier vehículo, puede ser un vector de un acto terrorista”, alertó.
El jueves por la noche, un camión embistió contra la multitud que asistía al espectáculo de fuegos artificiales de la fiesta nacional francesa del 14 de julio. Con un saldo de 84 muertos y 202 heridos, el ataque tiene todavía 52 heridos debatiéndose entre la vida y la muerte.
Los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica contarán con un total de 85.000 policías y militares a cargo de la seguridad, el doble que en Londres-2012. Y se espera que medio millón de personas asista al mayor evento deportivo del planeta.
Expertos señalan que si bien Brasil no tiene antecedentes de ataques terroristas, no se ha involucrado en guerras y está a mucha distancia de centros yihadistas como Siria, el hecho de ser anfitrión del evento más observado del mundo lo coloca de todos modos en la mira.
“Redoblar la atención”
El secretario de Seguridad para Grandes Eventos, Andrei Rodrigues, también insistió en la necesidad de un refuerzo de los procedimientos de seguridad tras el ataque en Niza.
“La reacción de todos es de reprobación, una barbarie más desgraciadamente ocurrió y nosotros como responsables por la seguridad de los Juegos tenemos que redoblar las atención y estar atentos a todos estos acontecimientos, para que nuestros planes de seguridad efectivamente estén adecuados al momento de la operación”, declaró Rodrigues a la AFPTV en Rio.
“Lo que podemos afirmar con absoluta convicción es el nivel de preparación que Brasil tiene para la seguridad de los Juegos”, insistió.
La agencia de inteligencia brasileña, Abin, dijo en junio que había detectado mensajes en portugués vinculados al Estado Islámico en una aplicación de chat en línea. Una alerta más explícita llegó luego de sangrientos ataques en París en noviembre pasado, cuando un yihadista francés tuiteó que Brasil será “el próximo objetivo”.
Río enfrenta además el desafío de sus propios niveles de violencia urbana, que aunque no son tan graves como hace una década siguen siendo altos. En los cinco primeros meses del año se registraron 2.083 asesinatos en el estado de Rio, 14% más que en el mismo periodo del año pasado.