Corría el verano de 2003 y Philippe Trillat, uno de los chicos Mekano, estaba en una transmisión especial del programa, desde la localidad costera de Reñaca. Sus compañeras, en bikini, iban pasando de a una por una delgada tabla posicionada sobre una piscina. En el agua habían serpientes y los gritos y risas se habían tomado la emisión.
Una voz en off le habla al joven José Miguel Viñuela que, teniendo menos de 30 años, conducía el programa. “Oye, Philippe está aburrido. Está bostezando”, dijo. “¿En serio?”, preguntó el animador. La cámara lo mostró y claro, su cara hablaba más que cualquier explicación.
Parte del juego televisivo o no, lo cierto es que Trillat ya comenzaba a notar cosas extrañas en la televisión. “La vanidad es demoledora, y cuando te das cuenta de eso, tienes dos posibilidades: aferrarte con garras a todo y pasar a llevar a cualquiera o dejarle el lugar a otra persona que quiera luchar así”, dice a BioBioChile.
El joven, oriundo de Concepción, llegó a las pantallas gracias a una pequeña mentira. Sin tener mayor conocimiento de cómo funcionaba, y estando recién en segundo año de teatro en la Universidad del Desarrollo, se dirigió a las instalaciones de Mega asegurando que tenía una entrevista con una supuesta jefa de marketing, algo absolutamente falso.
A pesar de eso, lo recibieron y pudo dejar una carpeta con imágenes y documentos. A los días, mientras vacacionaba en La Serena, lo llamaron. Un director lo quería conocer. “Les pregunté si era algo serio porque, patudamente, les dije que yo no estaba para hacer casting“, recuerda.
El director era el reconocido Alex Hernández, quien hoy se desempeña como mandamás del Festival de Viña del Mar. Philippe rememora que “la única pregunta que me hizo Alex fue si sería capaz de comer cucarachas”. “Con hambre, como cualquier cosa”, le respondió.
Así llegó y así se mantuvo durante años en uno de los programas juveniles más exitosos de Chile: Mekano. Y claro, en innumerables ocasiones, asegura, tuvo que comer cucarachas, gusanos, y batidos con mezclas poco apetitosas.
“Llegué a la televisión porque sentía que estaba pintado para esa pega…antes de conocerla”, sostiene el hombre que, hoy tiene 34 años. “Cuando tienes 19 años, y las niñas te han dicho que eres lindo (…) cuando te agarrabas a más de una mina saliendo a discos, era el mundo perfecto”, recuerda.
“Yo era feliz en ese trabajo, pero también era difícil (…) Me mandé muchos condoros, pero nunca fui irresponsable con él. Me sentía como si yo era el más importante, pero con los pies en la tierra”, rememoró. Y es que asegura que por los ‘humos’, muchas veces dejó de pagar deudas y esquivó varias responsabilidades de su vida.
De todas formas, fue enfático en que “ni cagando volvería a la televisión”, aunque abrió puertas a proyectos con trasfondo local y de bajo perfil, cuestión que se condice con la vida que lleva actualmente viviendo en Concepción.
Amor en Mekano
Una de las situaciones más mediáticas que vivió Philippe fue su relación amorosa con la hoy conductora de televisión Carla Jara. Un vínculo que, con los meses, terminó abruptamente.
“Carla Jara se hace llamar actriz, pero ella no es actriz”, dice Trillat, usando la comparación para ejemplificar la austeridad con la que lleva su vida.
“Ella sigue trabajando en televisión. Después de su tercer matrimonio, creo que ahora es feliz”, afirma. Asimismo, recuerda cómo en un momento Jara criticó a las mujeres que mantenían relaciones con futbolistas y, bueno, la historia se cuenta sola.
“Me dijo en un momento: ‘qué asco los futbolistas y se casó con Kike Acuña (…) No lo podía creer”, asegura el hombre. “No fue un golpe, pero tampoco pasó desapercibido”, enfatiza.
Aún así, aclara que “cuando decido no acercarme más a alguien, no doy el brazo a torcer”. “Tomé la decisión de no acercarme más a ella porque son relaciones que finalizan. Nada más”, indica.
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Reality: “La vergüenza”
En televisión, Philippe participó también en Calle 7 (TVN) y en realities como Elígeme (Mega) y 40 o 20 (C13). En este último fue que vivió uno de sus episodios más complicados de su vida: se escapó. Trillat lo recuerda así.
“Jamás pensé que en un reality había que desplumar a las personas (…) detrás hay varias cofradías y creo que hay varias manipulaciones”, dice refiriéndose al show en que estuvo durante 2011.
“El detrás de cámara de ese reality era muy artificioso. Le estaba yendo bien sólo a algunas personas y, dentro de ellos, no estaba yo, así que me dije ‘estoy puro hueviando acá"”, recuerda. Por eso fue que tomó una de las decisiones más polémicas de su vida en los medios.
Primero se lo contó a uno de sus cercanos, Junior Playboy. “Me voy a escapar”, le dijo. Y lo hizo. “Me di cuenta que no tenía pies ni cabeza que yo estuviera ahí”, rememora.
Selfie en perfecto claroscuro Buenas noches y buenas vibras 💫
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Otra de las situaciones que lo llevó a autoeliminarse del show fue un hecho que tuvo lugar a pocas horas de la celebración del Día del Padre, momento en que la producción llevó a los hijos de los participantes para que tuvieran la oportunidad de pasar unas horas juntos. “Ellos (la producción) querían cagarme la cabeza, porque mi hija estaba en Iquique y no podía viajar, y sólo necesitaba un llamado telefónico (…) cuestión que pasó recién a las 11 de la noche. No me pudieron pasar un teléfono en todo el día”, dice.
“Para mí era muy doloroso saber que mi hija no podía hablar con su papá, porque ellos pudieron haberlo hecho a las 9 de la mañana”, asegura.
Horas después, Trillat estaba intentando escapar por una ventana ubicada en el baño. Lo logró y terminó siendo expulsado por la producción.
“Si te decimos ’40 ó 20′, ¿qué se te viene a la cabeza?”, le preguntamos. “Vergüenza”, responde.
Y es que el reality fue lo último que hizo en cuanto a farándula. “Fue la manera en que me di cuenta y dije ‘yo no sigo en esto"”, afirma.
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Volver a la vida
En septiembre de 2005, cuando Trillat tenía 22 años, sufrió un grave accidente que casi le quita la vida. El joven iba manejando su vehículo camino a grabar una miniserie de Mega, cuando un microbús lo impactó.
“Había optado por no irme en camioneta con el resto de actores, porque el organigrama estaba hecho para citarme a las 9 de la mañana y empezar a grabar a las 2 de la tarde”, recuerda.
“Y claro, eran las una y media y yo recién saliendo. No alcanzaba a llegar a las dos (…) Y me llamaban harto, me apuraban. Aceleré y pasó lo que pasó. Yo no recuerdo el momento preciso del choque”, continúa.
“No tuve ninguna secuela grave, pero me produjo un cambio de vida”, asegura. Y es que el joven estuvo “muerto” durante algunos segundos, ya que sus pulsaciones se redujeron a cero, pero logró volver a la vida.
Trillat dejó en claro en una publicación que lo que pasó mientras luchaba por vivir es algo más bien personal. “Creo que 12 años desde el 2005 es suficiente para contar, por ejemplo, el milagro de la compañía de los ángeles entre nosotros, así como la fuerza de a oración y la fe”.
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Él asegura que los vio y fueron ellos quienes lo trajeron de vuelta a pesar de su gravedad estando en una camilla clínica. “El tema de la luz, o del túnel, es anécdota, porque llegará el momento en que moriremos y todos viviremos eso”, afirma.
“Tengo una segunda oportunidad, y la tengo todos los días. Es lo que descubro todos los días”, dice. Su fe se traduce en el tatuaje que lleva en una de sus clavículas, la que resultó fracturada en el accidente. “Creer para ver”, reza.
Su nueva vida
Al parecer, Philippe aprovecha a diario su “segunda oportunidad”, pues en Concepción se ha dedicado a la industria hotelera, la pintura, el teatro y a ejercer como profesor en talleres escolares y municipales. “Mi día a día es agotador”, dice.
Uno de ellos es el que realiza en la Casa de la Cultura, en Hualpén. Ahí sus alumnas, jóvenes y adultas, lo llaman “el profe”.
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En ese lugar imparte clases de pintura y teatro en tres jornadas. Según comenta, Philippe realizaba clases particulares a la hermana de Katherine Torres, la alcaldesa de Hualpén. Así fue como un cuadro de la mujer, que realizó durante el taller, fue a parar a la alcaldía. “A ella le gustó”, asegura.
“La alcaldesa me citó a una reunión y le gustó la idea de hacer talleres gratuitos”, recuerda. Asimismo, sostiene que en la comuna “debería haber más movimiento cultural”, por lo que proyecta nuevas actividades importantes por concretar.
Además de sus clases y sus show de animación de eventos esporádicos, el exMekano recibe a turistas en un proyecto hotelero, ubicado a los pies del cerro de la Virgen llamado “Casa Trillat”.