En la recta final de su sexta temporada, la superproducción de HBO ha comenzado trazar las líneas definitivas que darán término a su historia. La aparición de viejos conocidos, el reencuentro de antiguos enemigos, alianzas y crímenes sangrientos, definieron el episodio emitido este domingo.
El séptimo capítulo de la sexta temporada, titulado The Broken Man (El hombre roto) se inicia con la reaparición de Sandor Clegane, quien supuestamente había muerto al finalizar la cuarta entrega de la serie; luego de ser herido por Lady Brienne y abandonado por Arya Stark. Su irrupción en la trama se suma al grupo de “retornados” junto a Jon Snow y Benjen Stark; un recurso argumental que ha servido a los guionistas para retomar algunos arcos abandonados, o bien, para abrir nuevas perspectivas para el desarrollo de la serie.
En este sentido, el título del episodio se relaciona de forma directa con la figura de Clegane: un hombre que arrastra un pasado de crímenes y que busca (aparentemente) suplir sus pecados; influido por el septor de la Fe (Ian McShane) que le salvó la vida. Este vínculo genera en “El Perro” un afán de justicia que pondrá a prueba al momento de vengar la muerte de sus compañeros feligreses, asesinados por la Hermandad sin Estandartes.
Otro punto interesante del episodio, fue la búsqueda de alianzas por parte de Jon Snow y Sansa para engrosar el ejército de los Stark. Sin embargo, el apoyo de los salvajes y la usencia de descendientes respetables, ha restado credibilidad a los herederos del Norte. Aun así, el lema “El Norte no olvida” (The North Remembers) continúa latente y otorga consistencia a la esperado enfrentamiento entre Jon y Ramsay Bolton. Por otra parte, resulta interesante el argumento que ocupa Lord Davos frente a la heredera de la familia Mormont para justificar la necesidad de unificar las casas nobles: “la pronta llegada de los muertos”; arco argumental casi marginal en cuanto a su exposición, pero que en esta temporada ha cobrado especial preeminencia.
Por otro lado, en Desembarco del Rey continúan desarrollándose las estratagemas del Gorrión Supremo, quien ha influenciado considerablemente en Margaery Tyrell y en el joven Rey Tommen. No obstante, el inesperado papel que la reina le entrega a su abuela, Olenna, con el dibujo de una flor como emblema familiar de la casa Tyrell, nos hace pensar en la construcción de un supuesto montaje. Olenna, además, hace ver a Cersei las consecuencias de su arrogancia y de su comportamiento errático, achacándole su culpabilidad frente a la crisis y vulnerabilidad que atraviesa el reino.
Mientras tanto, Jaime Lannister intenta negociar con Ser Brynden Tully la rendición y sumisión de su ejército, pero este se niega rotundamente y dice estar dispuesto a tomar armas. En este punto se hace evidente la incompetencia de Walder Frey y la desestabilización política de las principales familias del Poniente.
Otra secuencia importante, aunque breve en el episodio, es la revelación de los planes de los herederos de la casa Greyjoy: buscar a la reina Daenerys Targaryen y ofrecer su flota para conquistar el Trono de Hierro antes que lo haga su tío Euron, contribuyendo, de esta manera, a la unión arcos narrativos que parecían improbables en temporadas anteriores.
Finalmente, la escena más relevante del capítulo, es aquella en donde Arya Stark es apuñalada por la misteriosa adolescente del templo del Dios de Muchos Rostros, recordándonos el trágico destino que sufrió su retornado hermano Jon. Aunque todo apunta a que nuestra joven Stark desempeñará un rol fundamental tras lo aprendido en Pentos, más aún ahora que uno de sus principales enemigos está de regreso.
De una u otra forma, los nudos argumentales de la serie se van hilvanando para configurar dos grandes bandos: el hielo y el fuego (Jon Snow y Daenerys Targaryen), aludiendo de forma directa al título de la saga escrita por G. R. R. Martin, y proyectando, quizás, un glorioso y épico enfrentamiento que dará punto final al drama televisivo más exitoso de HBO.
Jesús Diamantino Valdés
Profesor y Director del Departamento de Expresión de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez. Es doctorando en Teoría de La Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona; magíster en Letras de la PUC y miembro del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico (GEF) de la UAB. Es editor del libro “Cuentos chilenos de terror, misterio y fantasía” de editorial Cuarto Propio, y autor de otros trabajos dedicados al estudio del cine, la literatura y la ficción televisiva.