Antes que todo, dos cosas.
Tradicionalmente, el periodismo en Chile nos ha regalado -desde los albores de la República- una estupenda colección de cronistas.
Desde Benjamín Vicuña Mackenna en la segunda mitad del siglo XIX, hasta Eugenio Lira Massi en las vísperas del golpe de septiembre de 1973 -pasando por ese puñado de contradicciones que era Joaquín Edwards Bello o los paisajes y travesías de ensueño de Tito Mundt- la realidad histórica nacional ha sabido albergar a estos verdaderos maestros del género periodístico.
En segundo lugar, la emergencia de las nuevas tecnologías, unida a la irrupción en todos los ámbitos de la vida de las distintas redes sociales, ha dado tribuna a sujetos comunes y corrientes, muchas veces sin ninguna preparación, pero con una opinión malamente formada frente a todos los temas que conforman su realidad.
Es por eso que, de buenas a primeras, géneros tradicionales del periodismo como el reporteo, la investigación, y la crónica van perdiendo vigencia en este imperio de la web 2.0.
Afortunadamente, la publicación de “Tanto Duele Chile”, compendio de crónicas del periodista, conductor de radio, editor del sitio Noesnalaferia.cl y twittero influyente Richard Sandoval, demuestran lo equivocada de esta afirmación.
El texto -dividido en tres partes- da cuenta de una infancia del autor sorprendentemente reciente, con todas las privaciones y circunstancias de éste, muchas veces frente a temas que marcaron la década pasada tanto en su vida, como también en la cultura de toda su generación.
“Pasan los meses, pasan los años, y la herida no sana, jamás sanará. No hay nada más terrible que declararse, manifestarse sin armas más que el de la bruta honestidad, y recibir un no. No hay nada más terrible que haber sido rechazado en la era más emo del pop chileno. “Amiga” de Canal Magdalena, nos destruye en las mañanas antes de irnos al colegio, justo cuando en TVN una voz en off dice “Buenos Días Chile” desatando un eco del demonio en la parte que dice “Chile, Chilee, Chileeeeee”. (Declararse, pag. 25)
Posteriormente, Sandoval hace un agudo análisis del Chile contemporáneo, desde su mirada de transeúnte. Es por esta razón que uno de los grandes aciertos en esta sección de “Tanto Duele Chile” es la acabada descripción de una ciudad de Santiago increíblemente reciente; los avatares y tribulaciones de Don Hernán, el dueño del tradicional Bar Serena (ubicado en la Plaza Brasil), el hecho tan baladí como cargar el celular en una fuente de soda o la cotidianeidad que viven diariamente haitianos y otros inmigrantes en la capital, dan cuenta de una pluma hábil a la hora de plasmar en el papel las interacciones de la urbe -concebida como un ente que posee vida propia- con sus habitantes, muchas veces los más postergados de nuestra sociedad.
“A mediados del 2015 echaron de su puesto histórico de trabajo al ordenador de pasajeros de la línea más grande de colectivos Alameda-San Bernardo, esa que se pone justo frente al Palacio de La Moneda desde las diez de la noche en adelante. El gordo sesentón los tenía a todos chatos”. (¿San Bernardo, colectivo?, pag.59)
La tercera parte del texto son crónicas coyunturales que hablan de todas las injusticias presentes en nuestro país. Los incendios que el verano pasado consumieron la zona centro de Chile; los menores muertos en recintos del SENAME; el espíritu de Donald Trump presente en la derecha chilena o la vergüenza de la salud pública nacional son algunos de los tópicos presentes en esta sección del libro.
“¿Cómo puede no impactar, no paralizar el país que tres mil chilenos y chilenas mueran al año esperando una cama para hospitalizarse? ¡Tres mil! No diez ni quince, tres mil chilenos cotizantes disciplinados, afiliados al sistema de salud -no fallando nunca sacando el 7% de su sueldo para el Estado- que tuvieron que dejar familias encalilladas, a hijos criándose solos y a sus sueños detenidos en la injusticia de una lista de espera, por no encontrar una mísera cama de hospital…” (La Salud Pública, pág. 109)
En resumen, “Tanto Duele Chile” es un libro que reúne en 160 páginas, lo mejor de la crónica chilena contemporánea. En él, Sandoval le inyecta vitalidad -a través de temas actuales- a un género potente y demuestra que más allá de la tribuna de las redes sociales y los 140 caracteres, la crónica sigue siendo un formato que tiene mucha validez para enfrentar las grandes problemáticas que como país enfrenta Chile en las primeras dos décadas del siglo XXI.
“Tanto Duele Chile”
Richard Sandoval
Libros de la Mujer Rota
Abril 2017
ISBN 978-956-9648-10-6