Las relaciones de pareja son casi iguales a una montaña rusa, de repente estás en la cima y sin darte cuenta caes al vacío, haciendo que el amor que hubo en un minuto se desvanezca en un abrir y cerrar de ojos. Y es que esos bruscos cambios en el compromiso muchas veces son el resultado de una seguidilla de problemas que apagan esa chispa que dio vida al noviazgo.
Y si hablamos de infidelidad, hay que destacar que ese concepto está a la vuelta de la esquina, en la cola del supermercado, en el carro del metro o simplemente en tu aparato móvil. Algo que quedó de manifiesto en el estudio del sitio de divorcios Divorce-Online y publicado por la revista masculina Men’s Health, investigación que arroja que el 80% de las infidelidades comienzan con un acercamiento virtual.
Para muchos enviar un toque en Facebook o pedir el Whatsapp de alguien resulta un tanto inocente, sin embargo cuando se está comprometido este acto no resulta tan “ingenuo”, puesto que tales formas de comunicarse pueden estar cargadas de un interés diferente, uno que no se ve reflejado a primera instancia en los consejos a la compañera de clase o en aquella mensajería interna cargada de estupideces y bromas “con doble sentido” entre algunos colegas de la oficina.
Desde ese plano se puede indicar que las vías de la virtualidad son infinitas y pocas veces virtuosas. Un universo en que los textos podrían desembocar en relaciones fugaces que lleguen a ocupar el mismo espacio mental que un amorío real; un escenario en que la amistad se confunde con el deseo y la autoestima muchas veces da paso a esa pasión con toques de ambigüedad.
Por ende, es vital tener claro el terreno por el que se está caminando, ya que un mal paso podría traer una serie de conflictos en tu actual estado sentimental.
Para desglosar esto primero debemos tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de coqueteo. Según explica Carolina Mora, psicóloga y terapeuta de parejas, el coqueteo se relaciona directamente con la seducción hacia otra persona, la cual consiste en persuadir a alguien con el fin de modificar su opinión para que éste adopte determinada actitud.
Del mismo modo, hay que tener en cuenta que la seducción tiene diferentes niveles que van desde el más sutil hasta el de carácter explícito, el cual que dejan entrever el interés hacia el otro. En el primer caso este coqueteo puede ser parte de nuestra personalidad, mientras que en el segundo hace alusión a una necesidad consciente de la persona por llamar la atención de un tercero.
Y en esta misma línea, ¿a qué podríamos denominar como infidelidad? Según la misma especialista, la infidelidad se relaciona directamente la “deslealtad”, faltar a un compromiso de exclusividad que se ha establecido con la pareja el cual generalmente es implícito. Por lo tanto, es necesario muchas veces hacerlo explícito, ya que cada miembro de la pareja puede tener distinta opinión con respecto a un mismo hecho.
Con relación a lo anterior, podemos ejemplificar con el siguiente caso: en una pareja para el hombre el tener una “ciber relación” puede no ser considerado infidelidad, mientras que para la mujer este mismo hecho si es considerado una deslealtad.
Asimismo, la experta sostiene que este tipo de situaciones se comienzan a manifestar cuando el compromiso se ha desgastado. Es en dicha instancia en que muchas personas comienzan una “amistad” con una persona que las escucha, las hace reír, las comprende, los hace sentir atractivos/as, etc; todas situaciones que no se viven dentro de la relación y que al momento de conocer a alguien que sí es capaz de satisfacer estas necesidades, el hombre o la mujer sienten fácilmente un grado de atracción e interés hacia esa persona.
Y es que resulta perfecto cuando una persona siempre te da la razón, te apoya y te admira, por lo que se está ansioso a la espera de ese mensaje que te sube en ánimo (y el ego).
Pero tales textos sólo se deben a que cuando uno conoce a alguien muestra lo mejor de si mismo, pero ¿Estás seguro de poder mantener ese nivel y no mostrar tu verdadera personalidad? Es ahí cuando uno debe ser sincero y dejar de lado ese ego que crece a diario con las dulces palabras de aquella persona.
Si bien todo eso es parte de un coqueteo virtual o quizás físico, es momento apropiado para preguntarse cuál es la delgada línea que separa el coqueteo de la infidelidad. La respuesta es “cuando se comienzan a compartir espacios que corresponden exclusivamente a la pareja, espacios de intimidad, no sólo relacionado con lo sexual y donde la pareja quede excluida de esta relación” es lo que afirma la psicóloga.
Una vez que esto sucede y se traspasa esa delgada línea divisoria resulta muy complejo enfrentar tal situación, pues surgen emociones intensas, sobre todo de quien ha sido engañado. Por lo que es vital analizar en conjunto qué es lo que llevó a la pareja a esta situación donde uno de los miembros fue infiel.
Una vez detectado el problema, lo ideal es llegar a un acuerdo que beneficie a ambos. En esta caso la terapia de pareja es una excelente opción, no sólo para ver el tema de la infidelidad, sino para analizar cómo ha sido la relación en el último tiempo. Generalmente tras una infidelidad existen sentimientos de rabia, culpa, temas que nunca fueron dichos y quizás en esa instancia se logre resolver tal conflicto y sincerarse con el otro.
Tras dichas terapias, muchas parejas terminan más sólidas y unidas que antes de la infidelidad. Acá la clave es el perdón y el comenzar de nuevo considerando aquellas situaciones que influyeron antes de llegar a tal crisis.