La depresión es una enfermedad cada día más común en nuestra sociedad, que afecta en mayor medida a las mujeres jóvenes.
La última Encuesta Nacional de Salud determinó que la prevalencia de la enfermedad es de un 17,2% en la población chilena, ubicándose entre los primeros puestos a nivel mundial. Los investigadores atribuyen este significativo aumento al incremento del sentido de individualidad y competencia, lo que también ocurre en otras sociedades en vías de desarrollo que han pasado por transiciones económicas y sociales importantes en poco tiempo.
Pero… ¿cuáles son los síntomas depresivos?
Veamos. Los síntomas pueden variar entre las personas. Algunos pueden sufrir de síntomas de manera episódica y otros de forma permanente y continua. En algunas personas, los síntomas podrán percibirse con intensidad leve, mientras que otros podrán incluso tener pensamientos, deseos o intentos de suicidio.
Hay quienes verán afectados todos los ámbitos de su vida, mientras otros podrán cargar con el dolor de manera silenciosa, sin dejar que sus familiares o amigos se den cuenta de su depresión.
Sin embargo, es importante distinguir entre la enfermedad de la depresión y un ánimo negativo que responde a una situación dolorosa específica (lo que comúnmente llamamos “bajón”).
Por ejemplo, es normal que quienes han sufrido una reciente ruptura amorosa, un duelo importante o una situación difícil en el trabajo se sientan mal al respecto, presentando muchos síntomas asociados a la depresión. Para diferenciar entre ambos casos se debe poner atención a 3 criterios:
1) La duración de estos síntomas, los cuales tienen su límite en aproximadamente 2 semanas.
2) Estos síntomas deben representar un cambio notorio con respecto a la forma de ser y sentirse anteriormente.
3) Finalmente, al menos uno de estos dos síntomas debe estar presente: un estado de ánimo general depresivo o bien la pérdida de interés en cualquier actividad que otorgaba placer anteriormente.
Además, debe cumplirse con al menos 5 de los 9 criterios declarados por la Asociación Americana de Psiquiatría en su manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, y estos síntomas no podrán ser explicados mejor por ninguna otra condición médica.
Aunque la depresión puede surgir tras un acontecimiento difícil, esto no es un requisito para constituirse, puesto que puede también tener causales neurológicas y genéticas.
Generalmente, una persona que está pasando por un episodio depresivo presentará una serie de síntomas de entre estos 5 grandes núcleos:
1) Síntomas anímicos
Lo más común es el estado de tristeza permanente, la desesperanza e infelicidad, pero también la ira y el nerviosismo pueden ser importantes indicadores de depresión. En niños, la depresión se expresa a través de la conducta, siendo muy común la irritabilidad, la agresión y la poca energía como síntoma predominante.
2) Síntomas motivacionales y conductuales
Atravesar un episodio depresivo afecta profundamente el día a día: levantarse de la cama, ir a trabajar, asistir a reuniones sociales o ir de compras pueden convertirse en tareas muy difíciles de realizar. En los casos más graves se pueden ver afectadas distintas funciones motoras, como por ejemplo puede ocurrir un retardo psicomotor, el cual implica hablar y moverse de forma mucho más lenta.
3) Síntomas interpersonales
Una persona deprimida pierde el interés y la motivación de interactuar con otros, lo que genera un rechazo entre quienes lo rodean y llevan a la persona a aislarse aún más.
4) Síntomas cognitivos
En esta enfermedad los pensamientos se alteran y se adquiere una percepción negativa de sí mismo, de los demás y el futuro. La memoria, la capacidad de atención y concentración decaen fuertemente, por lo que el rendimiento laboral y escolar se vuelve muy difícil de mantener.
5) Síntomas físicos
Un 70% de los pacientes deprimidos padecen además problemas de sueño, normalmente insomnio. Otros síntomas físicos importantes son la constante fatiga, dolores de cabeza y espalda, visión borrosa, disminución del deseo sexual, disfunción eréctil en hombres, pérdida del apetito y disminución de peso.
Puede que tenga depresión… ¿y ahora qué?
Es importante tener en cuenta que estos síntomas no son suficientes para constituir un diagnóstico, pero sí pueden señalarte la necesidad de pedir ayuda. Si has tenido varios de estos síntomas por más de 2 semanas podría ser momento de hablar con alguien que pueda otorgarte orientación.
Para diagnosticar un cuadro depresivo es importante acudir a un profesional de la salud mental, quien evaluará no solo tu sintomatología, sino también el contexto en el que vives e indagará en tu estilo de vida y hábitos para hacerse una adecuada imagen de quien eres.
A través de una serie de criterios establecidos, podrá indicarte qué tipo de depresión sufres y cuáles son las mejores alternativas de terapia. Debes tener en cuenta que la depresión es una enfermedad y, como tal, no se le debe restar importancia a la necesidad de tratamiento.
¿Qué puedo hacer si un familiar o amigo padece de depresión?
Es muy difícil tratar con alguien que vive esta enfermedad, puesto que pueden volverse irritables, indiferentes y/o poco colaboradores. Es importante no perder la paciencia. Alejarse de ellos solo les generará mayor dolor y aislamiento, lo que empeorará su cuadro depresivo.
Una de las mejores acciones que puedes realizar es darles a conocer que estás cerca de él o ella, evitando dar consejos u obligar a realizar actividades, sino más bien respetando su espacio y su silencio.
De todas formas, la mejor opción es acudir a un profesional de la salud mental, quien podrá orientar y educar respecto a las acciones específicas que puedes implementar para ayudar a tu amigo o familiar, y de paso, ayudarte también a ti a sobrellevar la situación.
Nota que actualmente la depresión se encuentra cubierta por el GES, y cualquier persona mayor de 15 años usuario de Fonasa puede acceder a su consultorio más cercano en busca de orientación.
Daniela Troncoso Jiménez | Facebook
Psicóloga titulada de la Universidad del Desarrollo
Actualmente atiende en el Centro Médico Lo Pequén de Concepción