En el marco de la visita del Papa Francisco a Latinoamérica, los representantes del movimiento de Laicos y Laicas en contra del Obispo de Osorno, Mario Vargas y Juan Carlos Claret, viajaron al país vecino para mostrar su descontento al sumo pontífice por la nominación de Juan Barros como autoridad eclesiástica en la ciudad.
En ese contexto, los osorninos fueron retenidos en la localidad de Santa Cruz, por portar un cartel cuya inscripción se prestó para malas interpretaciones.
Así lo señaló el hermano de uno de los detenidos, el concejal Carlos Vargas, quien explicó a Radio Bío Bío que si bien fueron recibidos de la mejor manera, cuando el Papa Francisco daba su discurso se refirió sobre el referendo marítimo que mantiene Bolivia con Chile, minuto en el cual la polícía se percató que uno de los lienzos chilenos dictaba “Papa Francisco ¿por qué nos abandonaste? Osorno- Chile”.
Según Vargas, este hecho que fue tomado a mal por los bolivianos, al creer que se trataba de una crítica por la demanda de la salida al mar. Ello generó la detención de los dos osorninos, debiendo permanecer por varias horas bajo custodia policial, hasta fueron dejados en libertad durante la tarde del jueves.
El concejal aseguró que este impasse no hará decaer a los representantes del Movimiento Laico en su intención de poder acercarse al Papa Francisco, de modo que vea los lienzos en los que se refleja el clamor de miles de osorninos que se oponen a que Juan Barros dirija la Iglesia en Osorno.
A través de una declaración pública, los osorninos indicaron que pese a que se explicó que el cartel hacía referencia a un punto de conflicto en Osorno y no contra la demanda Boliviana no se les permitió retirase de los calabozos y se les obligó a pasar la noche en las dependencias. Sumado a esto aseguraron que hubo un trato “arbitrario, injusto e injustificado”, agregando que no se pudo acreditar ningún tipo de delito, siendo fundamentales la labor de Cancillería y el Consulado.
Posteriormente el Departamento de Migración calificó lo sucedido como un error que intentó reparar con un almuerzo.