El Museo de Historia Natural de Londres está probando un sistema para acabar con las polillas poniendo feromonas femeninas en los machos, lo que resulta en actividad homosexual que frena la reproducción.
Una empresa británica de agrotecnología, Exosect, aplica este sistema que consiste en colocar unas tabletas impregnadas con feromonas femeninas, las sustancias químicas que segregan las hembras.
Los machos de este insecto que devora los tejidos se acercan a estas tabletas atraídos por el olor y acaban impregnados con las feromonas, convirtiéndose así en objeto de atracción para otros machos.
Además, el animal impregnado acaba confundido por los olores.
“Si un macho no impregnado entra en contacto con uno impregnado, empiezan a mostrar conductas apareadoras, como el aleteo de las alas”, dijo a la AFP este miércoles Georgina Donovan, portavoz de la empresa.
Se trata de un sistema más efectivo y menos agresivo que los tradicionales insecticidas y está a prueba también en el Parlamento o la Royal Opera House, el teatro nacional de ópera.