Cerca de mil personas marcharon este sábado en Santiago para pedir la retirada de Monsanto de Chile y el fin de la producción de alimentos transgénicos, en el marco de una campaña internacional contra este grupo de biotecnología agrícola estadounidense.
“No queremos transgénicos en nuestros platos”, dijo Iván Santandreu, presidente del movimiento Chile Sin Transgénicos, durante la protesta que comenzó con disfraces y al son de los tambores en la céntrica plaza Italia y luego abrió paso por la Alameda.
Con carteles con leyendas como “no quiero comer veneno” la marcha demandó al gobierno de Michelle Bachelet que expulse del país a la transnacional Monsanto y deje de producir semillas con transgénicos.
La manifestación, convocada por defensores del medioambiente, es parte de una campaña internacional en contra de la poderosa agroquímica, que convocó protestas en unos 40 países, según los organizadores.
Hubo protestas similares en Brasil, Francia, Suiza y Burkina Faso.