Investigación, desarrollo y transferencia tecnológica es el aporte que la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) concretó en Caleta Chañaral de Aceituno, Región de Atacama, al entregar para el uso de la comunidad local un sistema de Energía Renovable No Convencional (ERNC).
Se trata de la instalación de un sistema fotovoltaico autónomo para la escuela de buceo de la comunidad, lo que favorecerá el desarrollo del turismo local y el buceo responsable, además de fomentar la actividad científica y de exploración de las reservas marinas Isla Chañaral e Islas Choros y Damas, esta última en la Región de Coquimbo.
Actualmente la localidad tiene alimentación eléctrica intermitente y cuenta con apoyo de grupos electrógenos, sin embargo esto es insuficiente para satisfacer las necesidades de sus habitantes y no entrega estándares adecuados para mantener comunicaciones fluidas y seguras entre la base en tierra y las embarcaciones que salen a la mar.
El proyecto financiado por la UTEM es liderado por el Departamento de Electricidad de la Facultad de Ingeniería, con la participación de estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil Electrónica y colaboración de la empresa EAM SpA Energía Aplicada y Micro-redes.
“La universidad asumió este desafío en consideración a que se trata de una caleta que está inserta en un Parque Nacional, con una variada fauna marina y porque existe una escuela de buceo en la que se capacita a la comunidad para realizar una actividad extractiva responsable, con un manejo adecuado de los recursos naturales y con la mirada puesta en la reconversión hacia el turismo sustentable”, explica el profesor Juan José Negroni, Director del Departamento de Electricidad.
El acompañamiento de la UTEM a la comunidad de Chañaral de Aceituno se prolongará en dos fases sucesivas. A esta primera etapa fotovoltaica le seguirá el diseño e instalación de un sistema solar-térmico y luego el desarrollo de un proyecto de fomento, explotación y sustentabilidad en la zona, lo que involucrará a distintas unidades académicas, precisó Negroni.
La escuela de buceo local, en cuyas instalaciones fue desplegado el equipo fotovoltaico en esta primera etapa, está autorizada por la Armada de Chile para realizar buceo guiado en la Reserva Marina Isla Chañaral, además cuenta con certificado de SERNATUR como operador de turismo aventura y la autorización de SERNAPESCA para realizar actividades de documentación audiovisual en reservas marinas.
La zona, que recibe unos 50 mil turistas en verano, cuenta con pesca abundante y con actividad agrícola asociada al cultivo de olivares y manejo de especies caprinas. Además, es posible el desarrollo de la actividad minera, gracias a la presencia de algunos yacimientos en las cercanías. Se estima que su población flotante en temporada estival duplicará la cifra de visitantes que registra actualmente en un plazo no superior a tres años.