La Ministra de Cultura, Claudia Barattini, junto a la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, reinauguraron la Posada del Corregidor del barrio Esmeralda, tras un proceso de restauración que permitirá que las dependencias del inmueble, formen parte del circuito de Museos de Medianoche.
La emblemática construcción reabrió este 14 de noviembre sus puertas, luego de encontrarse en proceso de reparación de muros desnivelados y puertas trancadas, producto del terremoto del 27 de febrero de 2010.
Cabe señalar que esta instancia fue posible gracias al respaldo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), la Municipalidad de Santiago y la Fundación ProCultura, en la intervención y mantención del recinto. .
La Secretaria de Estado comentó que “nuestro objetivo de relevar el patrimonio cultural material del país tiene que ver con lo que está pasando acá; con entender que cada espacio tiene una historia que contar, que ciertos inmuebles son más que paredes añosas, en la medida que son portadores de la historia del país, de cómo evolucionó la ciudad y su gente”.
Desde esta perspectiva, es posible señalar que el Consejo de la Cultura, a través del Fondo del Patrimonio en su convocatoria 2012, financió la restauración y puesta en valor de la Posada del Corregidor, entregando cerca de 100 millones de pesos a la entidad ProCultura, que postuló el proyecto.
En esa misma línea, la Ministra Barattini añadió que “como Consejo de la Cultura estamos trabajando arduamente en todo lo que tiene que ver con la salvaguardia del Patrimonio. En el presupuesto del 2015 hemos aumentado el Fondo del Patrimonio”.
Respecto a las modificaciones realizadas en la Posada, destacan: la consolidación de la estructura de adobe y cimientos, así como también la mejora de la fachada e interiores, sumándose a ello la renovación del sistema eléctrico y sanitario. Además se habilitó un café literario y una llamativa sala de exposiciones.
La Alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, en tanto, destacó que “nosotros como Municipalidad vamos a proyectar este compromiso que se puso en la restauración, para que en esta sala y en estos corredores, venga el arte, vengan los vecinos, venga la cultura, y este sea un espacio de todos. Este lugar es de la comunidad, pertenece a Chile y vamos a cuidarlo”.
El inmueble, declarado Monumento Histórico en 1970, reabrió sus puertas para sumarse a la ya tradicional Museos de Medianoche, instancia en la que se exhibirá una exposición fotográfica y audiovisual que dará cuenta de la historia, patrimonio y proceso de restauración del edificio.
La Ministra Barattini invitó a la ciudadanía a sumarse a esta gran fiesta cultural. “Tendremos más de 30 galerías de arte, centros culturales y museos con sus puertas abiertas, en forma totalmente gratuita, para recibir al público. Y no sólo en Santiago, porque por primera vez en sus 20 años, los Museos de Medianoche incluirá a instituciones de otras regiones”, dijo.
De esta forma, en el norte se podrán visitar centros culturales de Antofagasta y Ovalle, en la zona central se une a Santiago la ciudad de Rancagua, mientras que en el sur, los habitantes de Concepción, Tirúa, Chillán, Castro y Punta Arenas podrán disfrutar de este recorrido nocturno.
A lo anterior, la Ministra Barattini añadió que “esta invitación va en directa relación con nuestro objetivo como Consejo de la Cultura, que es garantizar el acceso de todas las personas a la cultura. Con la extensión de los Museos de Medianoche a regiones y la gratuidad de las actividades, estamos fortaleciendo nuestra idea de instalar definitivamente a la cultura como un derecho de todos los chilenos”.
Historia del inmueble
La Posada del Corregidor fue construida a fines del siglo XVIII, siendo una de las casas más destacadas del denominado “barrio de las ramadas”. Desde que abrió sus puertas se usó como posada, lugar de descanso para los carreteros, quienes buscaban un recinto de diversión. Durante el siglo XIX se conoció como “La Filarmónica”, ya que desde 1830 albergó un salón de baile, y así funcionó hasta 1920.
En 1928, Darío Zañartu compró la propiedad para convertirla en una especie de museo o “Santuario de Recuerdos Coloniales”, como le denominó, pero no pudo concretar su iniciativa. Sólo logró que la Municipalidad autorizara el emplazamiento de la Plazuela del Corregidor e instaló ahí una fuente, que decora el lugar.
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