El rechazo de las comunidades de la provincia de Concepción a la Consulta Indígena está sustentada en la desconfianza al proceso, recalcaron en su declaración una serie de organizaciones mapuche de la zona. El intendente por su parte, sentenció que éste es “un parto doloroso que el Gobierno quiere superar”.
Alcanzó a dar la bienvenida el intendente Rodrigo Díaz y las críticas a viva voz en el salón del Museo de Historia Nacional de Concepción se hicieron sentir de inmediato.
Los representantes de asociaciones y organizaciones mapuche penquistas solicitaron conversar a puerta cerrada con la Ministra de Desarrollo Social que lllegó a dar el vamos a la Consulta Indígena y también con la máxima autoridad regional.
Algunos miraban asustados, otros decididos a dejarle en claro a las autoridades que el proceso no les satisface, que no le creen al Estado y por eso, bandera mapuche en mano, dos mujeres leyeron una declaración, donde exigieron la anulación de los decretos 124, 66 y 40, porque insisten que en materia de Evaluación Medioambiental, por ejemplo, favorecen los intereses empresariales.
Una de las representantes indicó que hay una cuestión de falta de información sobre el proceso, dejando abierta la puerta para realizar acciones ante la justicia. De hecho, agregan en la declaración, ni siquiera se respetaron sus tiempos.
El intendente Rodrigo Díaz acompañó en todo momento a la Ministra de Desarrollo Social. Conversó con ella en privado en los momentos de más tensión y le recomendó estar presente durante la declaración de los manifestantes.
La desigualdad y la desconfianza, arraigada desde la Pacificación de la Araucanía es la raíz de estas situaciones, agregó Díaz, quien manifestó su intención de seguir este proceso, aun cuando sea, por momentos, “doloroso”.
Tras reuniones separadas en oficinas del Museo, la Ministra y el Intendente continuaron con su agenda, mientras los representantes mapuche siguieron definiendo su posición.
Más allá de esta experiencia, destacaron las autoridades, la Consulta continuará como está prevista: mañana en Cañete, el 5 de septiembre en Tirúa y el 8 de este mes en Alto Bío Bío, para lo que no se solicitarán medidas especiales: “vamos a conversar con las manos limpias y de buena fe” declaró el Intendente antes de retirarse.