El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, no quiere ver su nombre en placas inaugurales de las obras que desarrolla su gobierno ni su retrato colgado en las oficinas públicas.
Un decreto que firmó este miércoles prohíbe que su nombre esté en las placas de puentes, carreteras o edificios que inaugure.
“Eliminaremos las placas con nombre en toda obra pública en mi gobierno, porque las obras son del país y no de un gobierno o un funcionario en particular”, expresó Solís en conferencia de prensa tras una sesión del Consejo de Gobierno en que firmó el decreto.
Solís fue electo en abril con una votación histórica, tras una campaña en la que prometió transparencia y la eliminación de los gastos superfluos.
El decreto marca un cambio en la tradición de gobiernos anteriores, en los que cualquier obra, por menor que sea, llevaba una placa con los apellidos del presidente de turno.
La decisión también impide que su retrato esté colgado en las dependencias públicas costarricenses, como suele ocurrir en muchos otros países del mundo.
“El culto a la imagen del presidente se acabó, por lo menos en mi gobierno”, expresó el mandatario.