La Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Estados Unidos saludaron el miércoles el anuncio del inicio de diálogo de paz entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que el ente regional calificó de “histórico”.
El secretario general de la entidad, José Miguel Insulza, apuntó que se trataba de un “anuncio histórico” en la senda abierta por las conversaciones en marcha entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El martes, el gobierno de Colombia anunció la apertura de una “fase exploratoria de conversaciones” ya desde enero de este año, para definir una agenda de negociación con el ELN, una guerrilla guevarista que cuenta con 2.500 combatientes en sus filas.
Esta iniciativa, señaló Insulza en una nota oficial, “confirma que es realmente el momento para la paz en Colombia. Todos confiamos en que las partes involucradas trabajen duro y de buena fe para que estos procesos lleguen a buen puerto”.
Insulza también acotó que la OEA “pone a disposición de Colombia todo el conocimiento, las lecciones aprendidas y la experiencia acumulada” para ayudar en los esfuerzos para alcanzar una paz duradera en ese país.
Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki expresó el apoyo estadounidense a las nuevas negociaciones.
“Estados Unidos apoya las negociaciones de paz en el esfuerzo del gobierno colombiano para acabar con décadas de violencia”, dijo en una rueda de prensa.
Tras el anuncio del diálogo con el ELN, no se ha informado quiénes conformarían cada una de las delegaciones de negociación o dónde se realizarían esos encuentros.
El martes, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, reveló que su país, “de manera extremadamente confidencial”, había servido de escenario a esas conversaciones exploratorias, y adelantó que estaba dispuesto a “dar facilidades” a las dos partes para la continuidad de ese proceso.
En apenas 18 meses de negociaciones, el gobierno colombiano y las FARC ya llegaron a acuerdos en tres de los seis puntos fundamentales de la agenda de negociación para poner punto final a un conflicto armado de medio siglo.
El gobierno colombiano y las FARC negocian directamente en La Habana, en un proceso que tiene como garantes a Cuba y Noruega, al tiempo que Venezuela y Chile se desempeñan como acompañantes.