Si le hablamos que las trabajadoras textiles a domicilio no tienen ningún resguardo laboral, seguramente usted pensará en una modista o costurera que va a su casa a arreglar alguna prenda y que realiza un trabajo de forma independiente.
Sin embargo el tema es mucho mas profundo que eso, porque es una actividad laboral que utilizan las multitiendas principalmente para la confección de sus llamadas ‘marcas propias’, y que son enviadas a mujeres que trabajan en sus propias casas.
Patricia Coñoman, de la Coordinadora Nacional de Trabajadoras Textiles a Domicilio en entrevista con Radio Bío Bío Valparaíso, explicó que este es un trabajo invisible y que no tiene regulación en Chile
El sistema funciona de esta manera: las multitiendas tienen sus marcas propias mantienen sólo talleres de corte y de embalaje desde donde se distribuye a los locales a nivel nacional, pero el armado o la producción real de estas prendas se encargan a estas trabajadoras particulares.
En la cadena de producción, las multitiendas ofrecen este trabajo en la modalidad a trato, es decir estas trabajadoras ganan en la medida que cumplan con las cuotas establecidas.
Por cada prenda -en promedio-, estas trabajadoras reciben cerca de 500 pesos, y luego en la cadena de producción, sumando los costos, en la multitienda la misma prenda tiene un valor cercano a los 20 mil pesos.
La coordinadora nacional de Trabajadoras Textiles a Domicilio ha dado una gran lucha para, como ellas lo dicen, visibilizar el problema y hacerse escuchar con las denuncias de las malas practicas en esta actividad, situación que se repite en otros países.
De ahí la importancia del seminario internacional que desarrollaron en Valparaíso junto a representantes de otras naciones que viven exactamente la misma situación, como lo comentó al programa Hoy en La Radio, una de las dirigentas uruguayas, Flor de Lis Feijoo.
Pero incluso para estas trabajadoras el fantasma de la globalización comercial es un problema, porque reconocen que inclusive las importaciones desde China o India, donde hay mano de obra mas barata y con peores condiciones laborales, hace que se se tornen poco competitivas.
Tanto en Uruguay como en Argentina se regularizó esta actividad haciendo valer el convenio 177 de trabajo a domicilio de la organización Internacional del Trabajo, lo que en Chile no se ha hecho.
Otra de las dirigentas internacionales que llegó a Valparaíso a este seminario, fue Cristina Mendoza desde Argentina, quien explicó que en ese País ya se esta trabajando en base al llamado cooperativismo, donde se unen estas actividades para consolidar la labor que realizan, una instancia que es incluso aplicada para recuperar por ejemplo, fábricas que están en quiebra donde los mismos trabajadores se hacen cargo de ellas
Todas las dirigentas de las organizaciones de trabajadoras textiles a domicilio concuerdan en que la actividad debe ser regulada y ahora esta en manos de los respectivos gobiernos hacer valer los convenios internacionales para conseguir, mas que la estabilidad laboral, la dignidad en el trabajo.