En lo que probablemente sea un castigo que le pesará por el resto de su vida, una practicante de derecho en Reino Unido fue condenada a prisión tras ser hallada culpable de crueldad con los animales por dejar morir de hambre a su perro.
El caso se gestó en octubre de 2013 en la ciudad de Bristol, cuando Katy Gammon de 27 años dejó a su perra boxer Roxy encerrada sin agua ni alimentos en la cocina de su residencia, mientras se quedaba a hacerle compañía a su madre en una casa cercana.
Semanas después, un vecino notó que un enjambre de moscas pululaba en la ventana de la cocina, denunciando el hecho a las autoridades. Cuando estas ingresaron a la casa deshabitada el 3 de noviembre pasado, se encontraron con el cadáver del animal en un estado de putrefacción tal que debieron “recogerlo con una pala”.
“Al ingresar a la vivienda, los oficiales declararon sentirse físicamente enfermos (con la escena). La perra sufrió el tormento de una muerte lenta y dolorosa que pudo ser prevenida”, contó a la filial inglesa del diario Metro la fiscal de la Sociedad Protectora de Animales, Lindi Mayer.
El caso indignó tanto a los británicos que más de 100.000 personas firmaron una carta exigiendo a las autoridades que Gammon fuera a prisión.
Por su parte, la mujer indicó que sí concurrió a alimentar a la perra luego de trasladarse a casa de su madre, pero que dejó de hacerlo luego de sufrir una lesión en la rodilla. Durante la sentencia del fallo, aseguró entre sollozos que se “odiaba a si misma”.
El juez sin embargo no consideró su explicación como una defensa suficiente, condenando a Gammon a 18 semanas de cárcel, sentencia que le hizo perder automáticamente la posibilidad de recibirse como abogada en el futuro.