Esta semana, las redes sociales se encendieron luego de que varios medios de prensa y foros de internet reportaran que el congreso Guatemalteco habría aprobado un decreto bajo el cual se prohibían los ritmos que atentaran contra la dignidad de la mujer, entre los cuales se consideraba el reggaetón.
En efecto, la publicación especificaba que desde el 16 de noviembre, el país centroamericano vetaría los “ritmos seudoartísticos, letras agresivas, textualmente explícitos, obscenos, que tergiversan la sensualidad consustancial de la mujer guatemalteca”.
La publicación causó tanto revuelo, que fue el propio órgano legislativo de Guatemala quien debió salir a desmentirlo.
“Es falso. Alguien hizo un montaje y lo publicó en Internet”, dijo entre risas el diputado Manuel Barquín, tercer secretario de la Junta Directiva del Congreso.
“No se ha prohibido el reggaetón, ni ningún baile. Los bailes no hay que prohibirlos, hay que promoverlos”, añadió el legislador en declaraciones a Agencia EFE.
La supuesta iniciativa no era del todo original. Ya en enero de este año, Cuba había prohibido tanto el reggaetón como otros estilos musicales considerados “de contenidos sexuales y agresivos”.
En aquella ocasión, Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música, declaró al diario oficialista Granma que “expresiones vulgares, banales y mediocres se registran en otras prácticas musicales. De modo que no debemos particularizar en un género. Pero no es menos cierto que en el reggaetón esto es mucho más notorio”.