La PDI, tras meses de investigaciones, dio con una secta que habría quemado a un lactante en un rito ceremonial efectuado en Quilpué. En noviembre de 2012 la agrupaciòn habría sacrificado a un bebé de 3 días nacido en la Clínica Reñaca.
La madre, convencida por el líder de este grupo religioso quien además era el padre de la pequeña víctima, intentó dar a luz de manera natural en la misma comunidad y al no lograrlo, se dirigió a la Clínica Reñaca, donde se le indujo el parto.
La mujer retiró su bebé el 22 de noviembre sin la inscripción respectiva, para entregarlo al día siguiente a los propósitos de la secta, quienes convencidos de que dicho lactante era el “anticristo” que venía a acabar con el mundo el 21 de diciembre, lo arrojaron y quemaron en una hoguera.
Las investigaciones comenzaron con la denuncia de un familiar de un miembro de la secta que se habría enterado del horroroso ritual.
“Antares de la Luz”, como se hacía llamar el líder de esta organización, preparó una hoguera de 2 metros de profundidad en los terrenos de un fundo en el sector de Colliguay, al interior de Quilpué, donde habría sido quemado este bebé tras ser acusado de reencarnar al personaje apocalíptico.
De acuerdo a los antecedentes, los participantes de la sesión habrían estado bajo la influencia de la Ayahuasca, una droga que se caracteriza por nublar la voluntad de las personas, según se indicó desde la Fiscalía.
Por ahora, el líder religioso habría huido del país y se encontraría en Perú reclutando a más chilenas para formar parte de su secta en esa nación. Mientras que Interpol trabaja en su captura y en la de 8 miembros más que habrían participado de la ceremonia en noviembre pasado.
El fiscal Patricio Rozas, quien realizó los primeros hallazgos en este caso, explicó que todo se inició en una investigación por tráfico de drogas y sesiones de consumo concertado del alucinógeno Ayahuasca y marihuana, lo que desembocó en el descubrimiento de la secta.