Los últimos 35 kilómetros que faltaban en territorio boliviano para unir el Atlántico y el Pacífico a través de una ruta interoceánica que conecta puertos y ciudades de Brasil, Bolivia, Perú y Chile, ya están concluidos y abren nuevos horizontes al comercio.
Este tramo iba a ser inaugurado el 5 de abril por los presidentes de los cuatro países, pero la ceremonia fue diferida por pedido del presidente peruano, que viaja a China.
El sector que completaba la obra, entre los poblados de El Tinto y Puerto Quimome, en Santa Cruz, “está completamente habilitado para su transitabilidad” y para el intenso comercio, sobre todo agropecuario, confirmó Jaime Arrieta, vocero de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), a la AFP.
“Con la conclusión de ese tramo -habilitado al tráfico desde septiembre luego de varios retrasos- se concreta el corredor bioceánico” que une los océanos Atlántico y Pacífico, dijo de su lado Adhemar Rocabado, director regional de ABC en Santa Cruz.
El gobierno boliviano nunca anunció oficialmente la culminación de la obra a la espera de que lo hiciera el presidente Evo Morales en la inauguración, explicaron en ese organismo.
La carretera interoceánica “nos permite ser un eje integrador en todas las direcciones (..) y planificar un centro de distribución de carga como si fuera un puerto hacia los países vecinos”, señaló Luis Alberto Castro, jefe de Obras Públicas de la gobernación de Santa Cruz.
La vía recorre los departamentos de Santa Cruz (este), Cochabamba (centro), La Paz (oeste) y Oruro (suroeste), atravesando de este a oeste su territorio y uniendo a Bolivia con Brasil, Chile o Perú.
En la parte boliviana, tiene una longitud de 1.561 km, forma parte de la Red Vial Fundamental (RVF), que se extiende desde Puerto Suárez, en Santa Cruz (este), hasta Tambo Quemado, en Oruro (suroeste), frontera con Chile. También puede alcanzar Desaguadero (oeste), en la frontera con Perú.
El tramo de 35,2 km entre El Tinto y Puente Quimome, el último en concluirse después de 3 años, a un coste de 46 millones de dólares, fue financiado por la Unión Europea y el gobierno regional de Santa Cruz.
Al estar totalmente pavimentada la carretera de 600 km entre Santa Cruz y Puerto Suárez, frontera con Brasil, los transportistas reducen a la mitad las horas de viaje, y, obviamente, se reducen los costos de fletes de carga.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), Wilfredo Rojo, advirtió sobre la “ausencia de reglas claras para hacer que el corredor beneficie a los bolivianos en las preferencias arancelarias” de los productos que salgan a Brasil, Perú o Chile.
Según datos de esa entidad privada de Brasil llegan unos 3.650 tipos de productos diversos y de Bolivia salen apenas 162. La mayoría corresponde a productos agropecuarios, como soya, madera, castaña, café, así como minerales, excluyendo el gas natural que va por ducto a Brasil.
“El hecho de ser parte de un corredor interoceánico abre muchas puertas para realizar negocios en el campo del comercio exterior, tanto de importación como de exportación”, comentó el gerente del privado Instituto de Comercio Exterior, Gary Rodriguez.
Además está “la prestación de servicios no sólo de transporte, sino referidos a hotelería, gastronomía y otros servicios de soporte para los camiones que vengan desde Chile a Brasil”, añadió.
Debido a que el camino en ese trayecto era de tierra apisonada un camión de carga podía tardar hasta una semana en recorrer los 600 km entre Santa Cruz y Puerto Suárez, mientras que ahora el mismo trayecto se desarrolla en unas 18 horas, según la ABC.
La Cámara de Transporte del Oriente destacó además que la nueva ruta permitió mejorar los fletes para el comercio. Antes de la ruta el flete por tonelada era de unos 100 dólares, mientras que ahora se redujo a un promedio de 40 o 60 dólares, según la estación del año.
Un informe reciente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz dijo que diariamente viajan hacia la frontera con Brasil unos 90 camiones de carga, sin contar vehículos de pasajeros.