El seremi de Salud, Boris Oportus, justificó la fiscalización que terminó con una resolución que ordena a una residente de Talcahuano a reubicar su gato, a raíz de los malos olores que generaría y que molestan a vecinos.
Incomodidad causó en la Secretaría Regional Ministerial de Salud del Bío Bío la información sobre el gato, sobre el cual pesa una resolución sanitaria que obliga a su dueña a deshacerse de él.
Se trata del caso de Jemimo, un felino de 5 años que vive junto a su ama, Trinidad Martínez, en su casa del sector Higueras, hasta donde se desplazaron funcionarios de la Seremi -en tres oportunidades- para fiscalizar una denuncia de vecinos.
Boris Oportus, titular de la cartera, sostuvo que el personal de la autoridad sanitaria constató el reclamo:
Debido a que las condiciones en el cuidado de la mascota no cambiaron, agregó Oportus, es que la Seremi se vio en la obligación de dictar la medida sometida este jueves a revisión de los tribunales.
Sin embargo, -dijo la autoridad regional- la resolución no obligaría a Trinidad Martínez a deshacerse de su mascota, sino a reubicarla, lo que podría ser en el mismo u otro inmueble.
Consultado sobre la proporcionalidad de la fiscalización respecto de un solo animal, Boris Oportus aseguró que todas las denuncias responsables son objeto del mismo procedimiento.
Actualmente hay un recurso de protección en trámite en la Corte de Apelaciones de Concepción, en el que el abogado de la afectada, Carlos Samur, cuestiona la norma invocada para emitir el dictamen. El seremi de Salud expresó que la resolución se ajusta a derecho.
Este viernes, el tribunal de alzada se pronunciaría sobre una orden de no innovar que busca paralizar la orden en contra del gato Jemimo.