Al menos 48 muertos, en su mayoría militares, y un centenar de heridos dejó este miércoles un triple atentado con coche bomba en Alepo, al tiempo que Turquía bombardeó objetivos sirios en represalia por disparos de obuses procedentes de Siria que causaron la muerte de cinco civiles en una localidad fronteriza turca.

La ONU y los aliados de Ankara responsabilizaron a Damasco de esta brusca escalada de la tensión entre los dos vecinos que empezó por la tarde cuando varios obuses alcanzaron la localidad de Akçakale, enfrente del puesto fronterizo sirio de Tall al Abyad, reciente escenario de combates entre las tropas fieles al presidente sirio Bashar al Asad y los rebeldes del Ejército Sirio Libre.

Cinco civiles murieron, incluyendo una madre y sus tres hijos, y una decena resultaron heridos, dos de gravedad, según el último balance comunicado por el gobernador de la provincia de Sanliurfa, Celalettin Guvenc.

Unas horas más tarde, tras una reunión con sus más estrechos consejeros, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que el Ejército turco había bombardeado como represalia varios “objetivos”, que no identificó, situados en territorio sirio.

Turquía solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York que tome “las medidas necesarias” para detener la agresión siria en su territorio.

La OTAN pidió la noche del miércoles a Siria que “cese las violaciones flagrantes del derecho internacional”, tras una reunión urgente convocada en Bruselas a petición de Turquía.

Por su parte, Siria abrió una investigación sobre el origen del tiro artillero que mató a cinco turcos, anunció el miércoles el ministro sirio de la Información, Omran Zoabi, en un comunicado citado por la televisión oficial siria.

“Siria presenta sus sinceras condolencias a las familias de las víctimas y a nuestros amigos, el pueblo turco”, añadió.

En Alepo, la gran ciudad del norte de Siria que se disputan desde hace más de dos meses rebeldes y fuerzas gubernamentales, la mayoría de los muertos y heridos por el triple atentado “son miembros de las fuerzas gubernamentales. Las explosiones tomaron como blanco un club de oficiales militares y puestos de control del ejército regular”, indicó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en Gran Bretaña.

Un responsable de la segunda ciudad de Siria dio un balance provisorio de “37 muertos y decenas de heridos” de los cuales muchos en estado grave.

Dos coches bomba explotaron primero en un intervalo de un minuto en dos calles cercanas a un club de oficiales militares que da a la famosa plaza Sadala al Jabiri, en el corazón de Alepo, afirmó una fuente militar a la AFP.

Un tercer coche bomba explotó a 150 metros de la plaza, a la entrada de la ciudad vieja, en la que se registraron duros combates durante el fin de semana.

Al norte de Damasco, al menos 15 soldados murieron en ataques rebeldes coordinados contra retenes militares y combates en Bdama, una localidad de la provincia de Idleb (noroeste), según el OSDH.

En la provincia de Damasco, los suburbios de Qudsaya y Al Hama, dos bastiones rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) fueron “bombardeados por los tanques del ejército que procede además a detenciones y allanamientos en los alrededores”, indicó el OSDH.

La provincia de Damasco, así como los barrios periféricos de la capital, son escenario de violentos combates desde mediados de julio.

Asimismo, al menos 16 personas, entre ellas tres niños y cinco mujeres, murieron este miércoles en un bombardeo del ejército sirio sobre el pueblo de Sahn, en la provincia de Hama (centro), informó el OSDH.

El diario oficial al Baas había anunciado el martes el fin cercano de las operaciones de seguridad en el conjunto de la provincia de Damasco, donde el ejército bombardeó varios locales, en particular Duma (noreste).

La violencia dejó este miércoles en el país al menos 147 muertos de los cuales 52 civiles, cuantificó el OSDH.

En 18 meses de conflicto en Siria, más de 31.000 personas murieron, en su mayoría civiles, según el OSDH. Estas cifras son imposibles de verificar con una fuente independiente dadas las restricciones impuestas por las autoridades sirias.

En este contexto, el mediador internacional Lajdar Brahimi tiene previsto volver a la región esta semana para esforzarse en lograr un cese de los bombardeos por parte del régimen, y a cambio que los insurgentes disminuyan los ataques.

Reiterando las preocupaciones de varios responsables internacionales, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Arabi, advirtió el martes de que las consecuencias de la crisis siria “podrían ser catastróficas no solo para Siria, sino para todo el mundo árabe”.

La violencia en Siria desborda regularmente a los países vecinos, en Jordania, Turquía, Irak o Líbano, donde se registran enfrentamientos en las fronteras.

Estos países conocen también un flujo ininterrumpido de refugiados.

El número de sirios refugiados en los países limítrofes se triplicó en estos tres últimos meses, para sobrepasar los umbrales de los 300.000, anunció el martes el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados.

Cabe recordar que la OTAN fue convocada por Turquía ante la supuesta agresión Siria, organismo que llamó a respetar el Derecho Internacional.