El jefe de la Zona Metropolitana de Carabineros, General José Luis Ortega, confirmó que un suboficial de la institución identificado como Miguel Millacura Cárcamo, disparó la noche en que murió el menor Manuel Gutiérrez (16) en Macul.
Esto, luego de que dicho efectivo a cargo de la patrulla que se constituyó en el lugar, reconociera que utilizó el arma de servicio, una pistola UZI de 9 milímetros.
Tras efectuar los disparos, el sargento segundo habría limpiado el arma, cargando dos balas de su propiedad, de modo que éstas no fueran descontadas en la revisión de Carabineros. Ante esta situación, Millacura Cárcamo fue dado de baja de la institución.
Ortega señaló que se estableció que alrededor de las 00:00 horas del pasado viernes, un suboficial concurrió por iniciativa propia a prestar ayuda a personal de servicio en el sector de Avenida El Valle, que se encontraba en cercanías de un servicentro Copec.
En el lugar, y según la propia declaración del efectivo, se percató que un grupo de personas disparaban contra los policías desde el otro costado de la calle, en Américo Vespucio, por lo que él decidió hacer uso -en dos ocasiones- de su UZI de 9 milímetros.
Ante este suceso, el suboficial aseguró que no disparó contra el grupo, sino que al aire, según precisó el general Ortega. Situación que abre especulaciones, puesto que el proyectil que recibió el menor en su tórax, fue una bala del mismo calibre.
En ese sentido, el General de Carabineros aclaró que no están atribuyendo la responsabilidad de la muerte de Gutiérrez al efectivo, sino que ésta, deberá establecerla o descartarla los peritajes que realizará la Policía de Investigaciones con orientación del fiscal que lleva el caso.
A pocas horas de ocurrido el fatal incidente en la comuna de Macul, la madrugada del pasado viernes, cuando se registraban protestas y disturbios en todo el país, Carabineros salió al paso descartando de plano que personal haya efectuado disparos y negando realizar un sumario interno a raíz de las acusaciones de la familia y los testimonios de al menos 5 testigos que dicen haber visto salir disparos desde un piquete de Carabineros.
Así lo manifestó en aquel momento el segundo general jefe de la Zona Metropolitana de Carabineros, Sergio Gajardo:
El sargento segundo Miguel Millacura Cárcamo, con 18 años en la institución, permanecía en las dependencias de la Subcomisaría de Peñalolén para luego prestar declaración ante el fiscal Rodrigo Lazo, según confirmó el mismo persecutor refiriéndose a él como imputado, aunque por el momento no está detenido.
Las pericias balísticas están a cargo de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones desde el pasado viernes. El jefe nacional de esta unidad, subprefecto Luis Sandoval, quien señaló que aún no hay claridad en los hechos.
Hasta la Subcomisaría de Peñalolén llegó el defensor del suboficial acusado, abogado Víctor Neira, profesional de una agrupación de ex carabineros. El jurista se manifestó molesto denunciando que su defendido estaría incomunicado, pero de todas maneras pudo conversar con él.
Sólo unos minutos antes que el general Ortega diera a conocer la baja del uniformado, el ministro del Interior había señalado que de existir un carabinero involucrado en la muerte del menor, “no le temblará la mano” en hacer cumplir la ley.
Desde la Corte Suprema, el vocero Jaime Rodríguez señaló que existe un ambiente de intranquilidad ante el uso de sus armas por parte de Carabineros en manifestaciones sociales.
Según trascendidos, se espera que desde el Alto Mando de Carabineros surjan novedades en las próximas horas, tras revelarse estos antecedentes.