El investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines, Mario Hamuy, obtuvo el reconocimiento de parte de la prestigiosa fundación estadounidense. El fondo de 25 mil dólares será usado para financiar la automatización del Telescopio Robótico de Cerro Tololo.
Mario Hamuy es uno de los científicos más importantes de Chile, siendo el astrónomo más citado en la Librería Digital de la NASA Astrophysics Data System (es coautor de más 100 papers referidos, con más de 8.300 citas a junio 2011). Recientemente fue elegido como Presidente del Consejo Superior de Ciencias de Conicyt.
La propuesta de investigación que premió la Fundación Guggeheim
Desde hace unos tres de años ha estado trabajando con un grupo de astrónomos en el desarrollo de un telescopio robótico para la búsqueda de supernovas muy jóvenes. El aparato se ha instalado en Cerro Tololo, región de Coquimbo, y cuenta con un espejo de 50 centímetros (un espejo pequeño para los estándares de hoy).
Lo interesante de este telescopio es convertirlo en un autómata, es decir, que trabaje sin intervención humana y por ende pueda tomar decisiones propias durante la noche para optimizar la búsqueda de estrellas progenitoras de supernovas y, con ello, responder una interrogante fundamental de la astronomía: ¿Cuáles son los tipos de estrellas que dan lugar a los distintos tipos de supernovas?.
Esta Beca Guggenheim, por lo tanto, tiene como propósito contratar un ingeniero en computación por un periodo de doce meses (durante todo el 2012), cuya misión es poner en operación el telescopio. Esto significa trabajar en áreas como: Calidad de foto, apuntamiento, imagen, control de la cúpula (que debe abrir y cerrar de acuerdo a las condiciones climáticas), movimiento del telescopio, control de la control de una cámara CCD (detector que registra las imágenes), etc.
El científico señaló “sin duda obtener la Beca Guggenheim es un honor del cual me siento muy halagado, luego de ello creo que el haberla ganado es producto de una serie de factores: en primer punto representa la valoración de mi proyecto de trabajo y en segundo lugar, un reconocimiento explícito a mi carrera profesional”
Finalmente añadió, “yo veo muy promisorio el futuro de la astronomía chilena, porque si bien somos una comunidad pequeña, atraemos año a año investigadores de primer nivel de todos los rincones del planeta. Esto habla bien de un grupo muy productivo intelectualmente, de alto impacto internacional, por lo que no me extrañaría que cada año un astrónomo chileno pudiera adjudicarse una beca Guggenheim, u otros prestigiosos premios internacionales”