Cerca de 165 millones de años es la edad estimada del fósil de una araña dorada de seda -o Néfila- más antiguo encontrado hasta la fecha, cuyo descubrimiento se hizo al interior de Mongolia, país limítrofe con el norte de China.
Pero su antigüedad no es la única sorpresa que encerraba esta cámara del tiempo petrificada: las patas de la Nephila Jurassica alcanzaban los 15 centímetros cada una, mucho más que los 5 centímetros de sus descendientes actuales, e incluso rivalizando con la Tarántula Goliat, la araña conocida más grande del mundo.
Según recoge la publicación The Register de las declaraciones del profesor Paul Selden, de la Universidad de Kansas, el fósil fue encontrado en ceniza volcánica, al fondo de lo que alguna vez pudo ser un lago. Y para fortuna de los investigadores, se trataba de una pieza muy bien conservada.
“Se pueden ver no sólo los pelos de las patas, sino pequeñas cosas como tricobotrias (sensores capilares) que son muy pero muy finos, usados para detectar las vibraciones del aire. Hay un grupo muy distintivo de ellos y tienen un tamaño muy particular, lo que es típico de esta especie”, señaló Selden.
Actualmente, los esfuerzos de los investigadores se centran en comprobar si ya en aquellas épocas se generaba el dimorfismo entre machos y hembras, pudiendo alcanzar estas útimas un tamaño 5 veces superior al de los machos.