Los trastornos de esta estructura pueden ser silenciosos y sus síntomas suelen ser normalizados al punto de pasar inadvertidos.
El piso pélvico es una de las estructuras óseas del cuerpo que es parte fundamental de la etapa reproductiva en ambos géneros, no obstante, en el caso de las mujeres, esta suele sufrir mayor desgaste debido a los embarazos.
Las complicaciones y mal funcionamiento pueden convertirse en un problema recurrente e incluso ser normalizado, pese a lo molesto de sus síntomas.
De acuerdo al Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver del gobierno de EE.UU, el piso pélvico es la estructura donde un grupo de músculos forman una especie de cabestrillo o hamaca a través de la pelvis mediante la que se sostiene los órganos como el útero, vejiga e intestinos, en el caso de las mujeres.
En esta estructura también se encuentran la uretra, el intestino delgado y el recto, además del útero, el cuello uterino y la vagina, detalla el instituto.
No obstante, de acuerdo a la kinesióloga de IntegraMédica, Estefanía Ramírez, también “tiene la función de controlar los esfínteres, asegurando que haya una adecuada micción y defecación”. Sumado a esto, cuando un el piso pélvico está en buen estado, puede mejorar la calidad de las relaciones sexuales.
Trastornos de piso pélvico
Pero para lograrlo, la especialista recomienda familiarizarse con la estructura a edad temprana, pues “entrenar su musculatura con ejercicios de contracción y relajación, adquirir buenos hábitos para ir al baño, mantener un peso saludable, y cuidar una postura correcta, entre otras”, puede prevenir prolapsos vaginales durante el embarazo y después del parto.
No obstante, el prolapso es uno de los tantos problemas que pueden generarse en el piso pélvico. De acuerdo al ginecólogo y obstetra de Clínica MEDS, Daniel Sfeir, en Chile se estima que este tipo de alteraciones afecta a cerca de 8 millones de mujeres y se proyecta que alrededor de un 11% de estas, en algún momento de su vida, tendrá que someterse a una operación por esta causa.
Otros trastornos que puede provocar el mal funcionamiento del piso pélvico son los problemas de control de vejiga e intestinal. El primero puede provocar incontinencia urinaria y el segundo pérdida de materia fecal líquida o sólida, lo que puede ocurrir en ambos géneros.
8 señales para detectar mal funcionamiento
Por ello, para distinguir si se trata de problemas de piso pélvico, se debe prestar atención a ciertas señales que da el cuerpo.
● Escapes involuntarios de orina y/o gases.
● Urgencia y frecuencia miccional (ganas de orinar).
● Sensación de pesadez genital.
● Defecación con pujo excesivo.
● Estreñimiento crónico.
● Molestias pelvianas difusas o dolor pélvico.
● Dolor genital persistente antes, durante o después de tener relaciones sexuales.
● Anorgasmia (retraso, la poca frecuencia o la ausencia de orgasmos).
De acuerdo a Ramírez, los trastornos de piso pélvico son poco hablados y con escasa visibilidad, pero también son disfunciones que no aparecen “de un momento a otro”, afirma, por lo que recomienda la prevención.
Tratamientos de prevención
Por ello, la kinesióloga recomienda realizar ejercicios durante toda la edad fértil, lo que se debe seguir haciendo después de la menopausia. Por esto se recomiendan ejercicios como los kegels, que consisten en la contracción de los músculos vaginales por un lapso de 3 a 5 segundos, los que se deben realizar sentada o acostada pero con la vejiga vacía.
Si estos ejercicios no dan resultado, lo siguiente es el tratamiento farmacológico donde se reponen los niveles de estrógeno. Según explica Sfeir, esto permite “recuperar de forma importante el diafragma muscular. Después de la menopausia, se produce atrofia, disminución del colágeno y pérdida de la masa muscular, y con ejercicios y estrógeno se puede recuperar”.
Otra terapia son los procedimientos quirúrgicos, los que consisten en “utilizar una cinta, que tiene como finalidad contener el peso de la uretra, para que esta no baje cuando aumente la presión abdominal, lo que evita que exista algún escape urinario”, describe el ginecólogo.