Se acerca el 14 de febrero y muchos corazones rotos comienzan a sufrir la ansiedad de estos días, porque si alguna vez tuvieron que sentir cuánto duele el desamor, estas fechas pueden ser tristes.
Se trata de una experiencia que, para muchos, puede ser traumática, porque literalmente puede llegar a doler tanto como cuando te dañas físicamente.
Pero, ¿por qué pasa esto? ¿qué ocurre realmente en el cerebro y el cuerpo cuando una persona enfrenta una separación amorosa?
El psicólogo clínico EMDR del Instituto Kintsugi, Julio César Carrasco, conversó con BioBioChile y explicó por qué el desamor es una experiencia tan devastadora.
Además, entregó consejos sobre cómo poder abordar estas experiencias de vida, con el objetivo de sanar ese dolor y también entender desde dónde viene.
¿Por qué duele el desamor?
“La sensación de pérdida y desconexión emocional que se experimenta cuando una relación termina o no cumple con las expectativas de vínculo afectivo”, eso es el desamor para el psicólogo clínico, Julio César Carrasco.
El especialista indica que este fenómeno “implica la interrupción de una conexión significativa que afecta no solo el bienestar emocional, sino también el equilibrio neuroquímico del organismo”.
Por eso, cuando alguien enfrenta el fin de una relación, su cerebro reacciona de manera similar a cuando experimenta dolor físico.
“Cuando se atraviesa el fin de una relación, se activan áreas del sistema límbico encargadas del procesamiento del dolor y de las emociones, lo que desencadena una respuesta aguda de estrés. Esto provoca la liberación de hormonas como el cortisol y altera los niveles de neurotransmisores relacionados con el bienestar, como la serotonina y la dopamina, generando sensaciones de vacío, tristeza y malestar general”, explica Carrasco.
Además, este proceso involucra el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), que genera una cascada de respuestas al estrés. Estas reacciones afectan tanto el estado emocional como la fisiología corporal, causando síntomas como alteraciones del sueño, pérdida o aumento del apetito y falta de energía, traduciendo el dolor emocional del desamor en síntomas corporales palpables.
El apego y su impacto en el dolor del desamor
Desde la teoría del apego de John Bowlby, el ser humano desarrolla lazos afectivos en la infancia, determinan su manera de relacionarse en pareja. Esto también influye en la forma en que enfrenta una ruptura.
El apego seguro, ansioso o evitativo que desarrollamos puede afectar cómo nos relacionamos y cómo reaccionamos ante el desamor, explica Julio César.
“A nivel biológico, el apego se sustenta en la liberación de hormonas como la oxitocina y la vasopresina, que fortalecen los lazos emocionales y físicos con nuestra pareja. Cuando una relación se rompe, la disminución de estas hormonas agrava la sensación de pérdida y contribuye al dolor emocional y físico”, señala el especialista.
Esta sensación de desconexión puede intensificarse en fechas simbólicas como el 14 de febrero, cuando las expectativas sociales en torno al amor están más presentes y pueden activar aún más nuestro sistema de apego.
Además, Carrasco advierte que la rapidez de las relaciones actuales también juega un papel importante, ya que “la inmediatez característica de las relaciones actuales, en las que tanto el inicio como el desenlace suelen ocurrir rápidamente, reduce la tolerancia a la frustración”.
Esto se complica aún más cuando se busca una relación tras otra, simplemente para no sentirse solo, en lugar de establecer vínculos basados en la responsabilidad y la calidad emocional, lo que puede llevar a relaciones superficiales o incluso a interacciones que actúan solo como distracciones ante la soledad.
¿Cuánto tiempo dura el duelo amoroso?
La duración del duelo por desamor varía de persona a persona, ya que cuánto le duele depende de factores como la intensidad de la relación, el estilo de apego y la red de apoyo.
“El proceso de duelo amoroso es altamente variable y puede extenderse desde algunas semanas hasta varios años, dependiendo de múltiples factores que afectan la resiliencia y la capacidad de recuperación de cada individuo”, comenta Carrasco.
Además, destaca que el contexto de la relación juega un rol crucial: “El momento del ciclo vital en que se vive el desamor influye considerablemente: un amor experimentado en la adolescencia o en la adultez temprana puede tener implicaciones diferentes a aquellas vividas en una etapa más madura, caracterizadas por relaciones de mayor profundidad y con una historia compartida”.
Para quienes atraviesan un proceso de duelo amoroso complejo, terapias como el EMDR (Desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares) pueden ser clave en la recuperación, permitiendo que transforme su sufrimiento en una oportunidad de crecimiento personal y emocional.
Respecto de cómo se vive el desamor, si bien cada experiencia es única, existen tendencias generales sobre cómo hombres y mujeres enfrentan el desamor. Carrasco señala que “las mujeres tienden a expresar sus emociones de forma más abierta y recurren a redes de apoyo para procesar el dolor, lo que puede facilitar la liberación emocional y el proceso del duelo”.
En cambio, en el caso de los hombres, “a menudo socializados para contener sus sentimientos, pueden reprimir el dolor, manifestándolo de forma somática o buscando distracciones para evitar confrontar la pérdida de manera directa”.
Estos mecanismos de afrontamiento pueden requerir enfoques terapéuticos personalizados para cada género.
¿El desamor duele tanto que se puede volver patológico?
Si bien es normal sentir tristeza tras una ruptura, hay señales de alerta que indican que el dolor se ha vuelto problemático y es necesario buscar ayuda profesional.
“El dolor por el desamor es una respuesta natural ante la pérdida, pero se vuelve patológico cuando su intensidad y duración afectan de manera significativa la calidad de vida y el funcionamiento diario”, explica el psicólogo.
En ese sentido, el especialista indica algunos síntomas del desamor que ameritan buscar un especialista, según su recomendación.
Por ejemplo, la persistencia del dolor por más de seis meses acompañado por síntomas de depresión severa o ansiedad intensa, pensamientos suicidas o falta de sentido en la vida y también la dificultad para realizar actividades cotidianas y aislamiento social.
“En mi experiencia como terapeuta especializado en trauma y parejas con formación en EMDR, he observado que la intervención oportuna puede transformar el sufrimiento en un proceso terapéutico de sanación y crecimiento”, concluye Carrasco.
Superar el desamor: estrategias para sanar
Aunque duele, afrontar el desamor de manera saludable es clave para reconstruirse emocionalmente. Carrasco sugiere estrategias como la terapia psicológica, el mindfulness y el fortalecimiento de la red de apoyo.
“El EMDR ayuda a procesar y disminuir la intensidad emocional de los recuerdos dolorosos, facilitando la integración de experiencias traumáticas. Asimismo, las terapias cognitivo-conductuales permiten identificar y reestructurar pensamientos disfuncionales, promoviendo una perspectiva más equilibrada y adaptativa de la situación”, comenta.
Además, recomienda centrarse en el presente y en el autocuidado: “La práctica de mindfulness y técnicas de regulación emocional ayuda a centrar la atención en el presente, reduciendo la rumiación excesiva y el pensamiento catastrófico”.
Por lo que para quienes atraviesan este proceso, una combinación de ayuda profesional, apoyo social y cambios en la rutina diaria puede hacer la diferencia entre un duelo prolongado y una recuperación saludable, ya que el desamor duele, pero también puede ser una oportunidad de crecimiento y logras enfrentarlo bien.