VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Un experto entrega consejos para evitar caer en la rutina y arruinar una relación de pareja. Christian Martínez destaca la importancia de distinguir entre lo cotidiano y una rutina emocionalmente agotadora, que puede afectar las interacciones diarias y los momentos especiales. Martínez señala que la rutina no solo implica hacer lo mismo, sino también perder interés en detalles que antes emocionaban. Para revitalizar la relación, recomienda comunicación honesta, espíritu aventurero, aceptar propuestas nuevas y dar espacio individual, todo con el objetivo de mantener viva la chispa del amor y la conexión emocional.

Desarrollado por BioBioChile

Mantener la emoción y el deseo en una relación de pareja requiere más que solo buenos momentos. Por ello, un experto entrega consejos para evitar caer en una ‘rutina’ y arruinar la relación.

Las relaciones, como cualquier aspecto de la vida, pueden verse afectadas por la tan famosa ‘rutina’. Sin embargo, es fundamental distinguir entre aquella que forma parte de lo cotidiano y la que, por su repetición excesiva, se convierte en una carga emocional.

Para ello, el psicólogo Christian Martínez, explicó para nuestro medio asociado, RPP, cómo evitar que la rutina apague la chispa del amor.

Lee también...

Rutina: carga emocional

Martínez destaca que, en una relación de pareja, el deseo de proyectarse a largo plazo es esencial.

Lo cotidiano es la parte habitual de nuestras vidas, lo que hacemos día tras día sin pensarlo mucho, mientras que la rutina surge cuando lo cotidiano deja de tener emoción y se convierte en algo monótono.

Un ejemplo de ello es cuando las actividades diarias, como el trabajo o las visitas a amigos, se sienten pesadas y aburridas.

En una relación, esa monotonía puede afectar tanto las interacciones cotidianas como los momentos especiales.

Al principio, cuando las parejas se enamoran, los impulsos del cerebro nos motivan a hacer cosas juntos, como compartir actividades. Pero con el tiempo, ese deseo de compartir se puede volver rutinario, y la rutina puede extenderse incluso a lo que debería ser un momento de conexión especial.

El peligro de la “pérdida de interés”

El psicólogo señala que la rutina en una relación no es solo una cuestión de hacer lo mismo todos los días, sino también de perder el interés por los detalles que antes emocionaban.

Un ejemplo de esto último es cuando la pareja ya no se esfuerza por hacer preguntas o comentarios sobre lo que el otro está eligiendo. Es decir, cuando uno de los dos pregunta (como ejemplo): “¿Qué camisa me pongo?” y la pareja responde sin entusiasmo y con un simple “la que te dé la gana“. En estos casos, la rutina refleja una pérdida de deseo y de conexión.

Sumado a ello, Martínez subraya que el deseo en una relación no se refiere únicamente a las relaciones sexuales, sino también al interés por la vida y los pensamientos del otro.

“El deseo es lo que mantiene viva la relación: ‘Oye, estoy pensando en ti, me gustaría hacer esto contigo‘. Ese interés constante es lo que construye el amor”, explica.

Una vez que el enamoramiento se desvanece, el amor se convierte en una decisión consciente. Martínez enfatiza que el amor no es solo una emoción que llega de forma espontánea, sino algo que se cultiva a través de pequeñas acciones, como aprender a conocer y valorar a la pareja.

La clave es hacer que ambos se sientan “elegibles” el uno para el otro todos los días, eligiéndose constantemente para compartir su vida.

Propuestas y cambios para revitalizar la relación

Cuando sentimos que la relación empieza a caer en la rutina, el primer paso es hablarlo. Es importante expresar lo que estamos sintiendo y que nuestra pareja entienda que el problema no debe ser minimizado.

“Si no lo hablamos, es como si estuviéramos juntos, pero en silencio, sin darnos cuenta de lo que realmente está pasando”, dice Martínez. La comunicación honesta es el pilar para evitar que la rutina afecte la relación.

Martínez también recomienda fomentar un “espíritu aventurero” en la pareja, esto quiere decir, hacer cosas nuevas y diferentes, aunque sean pequeñas, pues pueden cambiar la dinámica.

“Si tu pareja te sugiere algo nuevo, acepta la propuesta”, sostiene el experto. La variedad es clave para evitar que la relación se estacione en lo mismo de siempre.

Complementado con ello, a veces no es necesario hacer todo juntos. Aceptar que cada uno puede tener su espacio individual también puede contribuir a revitalizar la relación. Esto permite a cada uno mantener su autonomía mientras sigue fomentando la conexión emocional.

La rutina en una relación no es algo que ocurra de un día para otro, pero con los años puede desactivar la chispa que mantenía la relación viva.

La clave está en mantener el deseo, la comunicación abierta y el espíritu aventurero, buscando siempre maneras de mantener la relación fresca y emocionante.

Las parejas que logran balancear la cotidianidad con momentos de novedad y conexión seguirán eligiéndose todos los días, manteniendo viva la llama del amor.