Escuchar que alguien llama “loco” o “loca” a una expareja es algo que podemos presenciar en la ficción y también en la cotidianidad.
Según el doctor en Psicología Seth Meyers, esta caracterización refleja algo profundo sobre quien emite las declaraciones.
En la revista Psychology Today, Meyers indicó que la connotación que le otorga se basa en varios factores, como “el grado de responsabilidad en la disolución de la relación, su capacidad de pensamiento racional su capacidad de empatía y compasión, su grado de defensiva y vengatividad”, entre otros.
“La manera en la que una persona habla de su ex dice mucho, si no es que más, sobre el hablante que de la persona que está caracterizando”, comentó el experto, agregando que es “problemático aplicar la culpa total o la inocencia total a un solo miembro de la díada”.
Sobre este último punto la psicóloga Sandra Ferrer señaló a La Vanguardia que esta asignación de culpa deliberada es una actitud tóxica y que si seguimos señalando al otro, “no nos enfocamos en lo que tiene que ver con nosotros”.
Una señal de advertencia
En su columna de Psychology Today Seth Meyers explicó las señales de advertencia que se pueden desprender cuando alguien trata de “loco” o “loca” a una expareja.
“En algunas relaciones, una pareja termina actuando como ‘loco’ por un patrón, donde se les ha mentido, controlado, engañado o manipulado”, comentó.
Las personas que experimentan esto pueden sufrir de angustia y ansiedad, volviéndose demasiado emocionales. “En muchos casos, puede ser que el que llama al otro ‘loco’ en realidad esté bastante desordenado”, agregó.
En este contexto, el género también influye y suelen ser principalmente mujeres los objetivos de dicha caracterización, “como si ser emocional cuando estás molesta o cuando tus necesidades no se están satisfaciendo fuera una cosa negativa”.
Meyers reveló que actualmente la cultura tiene una “relación retorcida con algunas emociones”, en especial con la ira, la cual tiene una connotación negativa, pero no siempre debe ser así.
“La ira es una emoción necesaria que recuerda a la gente cuando se ha cruzado un límite o cuando se les ha faltado al respeto. El problema surge cuando la ira no se expresa adecuadamente. Una vez que hay una comprensión acerca de cómo expresar la ira claramente y de una manera no atacante, la ira puede servirle a una persona y a cualquier de sus relaciones”, añadió.
Por todo lo anterior, el especialista indicó que cuando un amigo o una persona con la que empezaste a salir llama “loco” a su expareja, una buena idea es conversar sobre por qué esto no es correcto.
Por último, aconsejó que en vez de llamar “loco” a un ex, “una señal más saludable es compartir la siguiente información acerca de la relación pasada: ‘mi relación con mi ex no era buena, y no cumplía con mis necesidades. Te ahorraré los detalles, pero había cosas de tal tipo que eran un problema. También tengo que asumir cierta responsabilidad por el hecho de que voluntariamente elegí a esa persona en primer lugar. Finalmente, lo mejor que puedo hacer es aprender las lecciones que harán que mi próxima relación sea más fuerte"”.