Enfrentar el quiebre de una relación no es un proceso fácil, sobre todo cuando se sigue amando a la otra persona.

“Algunos experimentan un dolor interminable, un pesimismo despiadado y un temor cada vez más profundo a que el amor nunca vuelva a suceder“, explica la doctora en psicología Randi Gunther, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

“He pasado muchas horas con personas profundamente tristes que fueron abandonadas por sus parejas y que no pueden superar sus pérdidas“, añade la psicóloga.

En este contexto, la especialista presentó 10 razones por las cuáles las personas no pueden dejar ir una relación que se ha terminado:

1. Inseguridad innata

“Es natural que las personas se sientan inseguras cuando son amenazadas por la pérdida de algo que les importa profundamente“, plantea Gunther.

En este contexto, detalla que si su comodidad se ve interrumpida, activan mecanismos de defensa que los ayudan a superar sus miedos y tristezas. Sin embargo, con el tiempo son capaces de seguir adelante.

Los individuos que experimentaron múltiples pérdidas en el pasado, pueden tener más dificultades para equilibrarse de nuevo, sobre todo cuando son dejados por la persona que querían.

“Se sienten significativamente más indefensos y sin esperanza, como que nunca serán capaces de confiar en el amor de nuevo“, puntualiza la especialista.

2. Llegar al punto más alto

Cuando una persona siente que finalmente encontró la “relación perfecta,” pero luego el romance se termina, suelen experimentar la desesperanza de que no volverán a encontrar un amor tan “maravilloso”.

Asimismo, Gunther explica que las parejas que han sufrido este tipo de abandonos unidireccionales, suelen haber soñado desde siempre con tener una pareja especial, confiable y amorosa.

“Cuando creen que han encontrado a ese compañero perfecto, ponen todo lo que tienen en la relación, con la esperanza de que nunca terminará“, detalla la psicóloga.

3. Trauma de abandono infantil

Por otra parte, si una persona sufrió un trauma en su infancia, puede que se convierta en un adulto excesivamente miedoso e incapaz de dejar entrar al amor a su vida, por temor a que se produzca otra pérdida.

“Se autoprotegen y son incapaces de comprometerse genuinamente con una relación. Consideran que la seguridad es difícil de alcanzar y está fuera de su control, pero continúan comprometiéndose plenamente sin un discernimiento cuidadoso“, describe Gunther.

De este modo, a menudo se sienten desanimados y deben terminar la relación, recreando el trauma del abandono infantil, en la pareja que dejaron.

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4. Miedo a estar solo

“Si una persona tiene miedo de que el amor nunca vaya a suceder, a menudo tolerará el abandono, el abuso, o un comportamiento falso, sólo para permanecer en cualquier relación”, plantea la psicóloga.

“Si sus parejas continúan participando en estas inversiones desiguales, una de dos cosas sucederá: la pareja comenzará a sentirse demasiado culpable para quedarse, o permanecerá en la relación mientras busca simultáneamente un mejor trato en otro lugar“, añade.

5. Depositar la autoestima solo en la pareja

Al igual que poner “todos los huevos en la misma canasta”, muchas personas depositan todo su autoestima en su pareja.

No obstante, cuando la persona rechazada se queda sola, comienza ha sentir infinitas inseguridades. “Solo pueden encontrar fallas en lo que han sido, lo que han hecho mal y creen que siempre será difícil que alguien los ame“, puntualiza la psicóloga.

6. Miedo al fracaso

“Hay personas que están literalmente aterrorizadas de fallar en cualquier cosa, y las relaciones son sólo una pieza del rompecabezas”, precisa Gunther.

Ante el miedo a fracasar en la relación, reaccionan de forma exagerada cuando algo parece estar saliendo mal e incluso ignoran señales cruciales debido a su enfoque “hipervigilante“.

Sin embargo, cuando sus parejas deciden terminar, a menudo asumen toda la culpa, sintiendo que deberían haber hecho algo para salvarla. “A menudo, esa autodenigración hace que cada relación sucesiva sea más susceptible a fallar por las mismas razones”, plantea.

7. Fantasiosos románticos

Basados en novelas románticas, hay personas que se dedican a aferrarse a una fantasía. “Estas parejas quieren ser todo para sus amantes, vivir como en una nube de éxtasis intensivo y continuo”, describe la psicóloga.

“Cuando un fantasioso romántico quiere aferrarse a la felicidad a cualquier precio, la otra pareja a menudo se siente invisible y desconocida y, finalmente, buscará un encuentro más realista“, analiza.

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9. Sustitutos de vacíos incompatibles

En ocasiones, una pareja encuentra que el otro es perfecto en algunas áreas cruciales de su vida. De este modo, sienten que nunca más podrán vivir sin ella, por lo que reducen significativamente sus opciones futuras.

“Cuando son rechazados, se vuelven hipercentrados en conseguir que sus parejas regresen, ofreciendo a cambio, hacer cualquier sacrificio para que eso suceda“, ejemplifica.

10. Los acosadores agonizantes

“Tristemente, hay personas que no pueden renunciar a sus parejas románticas, no importa cuán claramente sepan que la relación ha terminado. Incluso cuando el otro los evita, desaparece o incluso los humilla, no pueden renunciar”, plantea el especialista.

En este contexto, las personas pueden sentir que no tienen otro lugar a donde ir, o que nunca volverán a encontrar a alguien tan adecuado para ellos.

“Tal vez eligen parejas que nunca pueden amarlos de la misma manera y sin embargo no pueden aceptar esa finalidad“, añadió.

Finalmente, la psicóloga explica que ninguna cantidad de autodegradación o humillación, parece aliviar el dolor del quiebre.