Hay maneras saludables de enfrentar los desacuerdos en una relación y otras formas que son muy destructivas. Una de esas es la llamada “ley del hielo”, consistente en dejarle de hablar a una persona o evitarla a toda costa.
Un análisis de 74 estudios publicado en la revista Communication Monographs ahondó en los efectos de un comportamiento denominado patrón de demanda-retirada.
En este sentido, la famosa “ley del hielo” es una forma de “retirada” en un patrón de demanda-retirada, que ocurre cuando una persona pregunta o exige algo, por ejemplo atención o afecto, y su pareja rechaza estas solicitudes al negarse a entablar comunicación o simplemente la corta de raíz.
“Los terapeutas matrimoniales y los clínicos han estado lidiando con este problema desde la década de 1930, pero…sólo desde fines de la década de 1980 los investigadores comenzaron a estudiarlo”, señaló al portal Business Insider el profesor de la Universidad Cristiana de Texas, Paul Schrodt, investigador principal del estudio. “La mayoría de las investigaciones que citamos lo mencionaron como una forma de pelea generalizada y/o común en las parejas casadas”, añadió.
El estudio de Schrodt mostró que el patrón demanda-retirada, que incluye la ley del hielo, puede conducir a la insatisfacción de la relación e incluso ser un factor de divorcio. “Cuanto más polarizados se vuelven los miembros de la pareja, más difícil es para ellos dejar de involucrarse en esos comportamientos”, dijo Schrodt a The Wall Street Journal.
Investigaciones anteriores han demostrado que, en comparación con otras parejas, quienes practican la ley del hielo se muestran menos satisfechas con su relación, menos cercanía el uno con el otro y tienen una comunicación pobre.
¿Por qué no hablamos?
“La ley del hielo es causada por una combinación de sentimientos heridos y una incapacidad o falta de voluntad para hablar de ellos”, dijo a The Chicago Tribune, la especialista y consejera de parejas, Tina Gilbertson.
El análisis de Schrodt abarcó estudios con más de 14.000 participantes. En las relaciones heterosexuales, descubrió que las mujeres eran generalmente (aunque no siempre) las demandantes, mientras que los hombres eran los que tendían a retirarse de las demandas de su pareja o respondían con silencio.
Schrodt señaló que la persona que ignora y la persona ignorada deben asumir cierta responsabilidad. Una cosa que las parejas tienden a hacer, dijo, es culpar a la otra persona por la situación, que de ninguna manera ayudará a resolver el conflicto.
Asimismo, la persona que es “castigada” por la otra con la ley del hielo se sentirá cada vez más frustrada por la falta de respuesta, lo que generará aún más demandas que a su vez frustrarán a su pareja que se alejará aún más.
“Se convierte en un círculo vicioso”, señala Sean Horan, profesor asistente de comunicación en la Universidad Estatal de Texas, al Wall Street Journal. “Pronto ya no estás abordando el tema en cuestión. Empiezas a discutir sobre discutir”, comenta.
La ley del hielo genera una cantidad innecesaria de estrés emocional y físico en las personas. En los estudios examinados por Schrodt y su equipo, los investigadores encontraron una asociación entre las parejas que practican patrones de silencio y las personas que sufren de ansiedad, depresión, consumo de alcohol y drogas, síntomas de problemas de salud mental e incluso cambios fisiológicos.
“Un arma de los narcisistas”
La psicoterapeuta estadounidense Andrea Schneider tiene otra perspectiva. Ella asegura que la llamada ley del hielo es un arma típica -aunque no exclusiva- de los narcisistas. Si bien también puede responder a un mal manejo de conflictos, eso no lo hace menos dañino, de hecho es un castigo muy doloroso para quienes son receptores de este, dice la profesional.
Pero en el caso de los narcisistas, la experta explica en una columna en el portal especializado Good Therapy que la ley del hielo puede incluso constituir una forma de maltrato psicológico. “Es una forma de abuso emocional típicamente empleado por personas con tendencias narcisistas. Está diseñado para colocar al abusador en una posición de control; silenciar los intentos del objetivo (otra persona) de defenderse; evitar la resolución de conflictos / responsabilidad personal / compromiso; o castigar al otro. A menudo, el resultado de la ley del hielo es exactamente lo que la persona con narcisismo desea crear: una reacción de la otra persona y una sensación de control”, comenta la terapeuta.
Schneider afirma que cuando el afectado trata de comunicarse por correo electrónico, teléfono o mensaje de texto con un narcisista que hace la ley del hielo “por lo general se encuentra con continuo desprecio y silencio. Esencialmente, el mensaje de la persona narcisista es de extrema desaprobación en la medida en que el silencio hace al otro tan insignificante que se le ignora y se vuelve más o menos inexistente a los ojos de la persona que ejerce el ‘castigo"”.
Andrea señala que debido a que no puede producirse más comunicación a menos que y hasta que la persona narcisista decida darle al receptor otra oportunidad, se fomenta una falsa sensación de control. “A menudo, la persona narcisista exigirá que el otro se disculpe por cualquier transgresión inflada que a su juicio haya cometido. A veces, una persona con cualidades narcisistas decidirá abandonar y descartar la relación cuando su pareja presente un ultimátum o intente una resolución que requiera un compromiso. La persona con narcisismo puede preferir terminar la relación y comenzar de nuevo en lugar de estar en una posición de abandono potencial”
Pero, ¿cómo lidiar con la ley del hielo de una persona con narcisismo?, plantea Schneider. “Para aquellos que dejan una relación tóxica con tal individuo, muchos terapeutas sugieren que el afectado entienda que la persona con narcisismo no ha desarrollado la capacidad de expresar un alto nivel de empatía, reciprocidad y compromiso. La ley del hielo es una forma de abuso emocional que nadie merece ni debe tolerar. Si un individuo experimenta esta falta de comunicación, es una señal segura de que necesita seguir adelante y sanar”, expresó, añadiendo que nunca debes tolerar el maltrato emocional.
Señal de mal manejo de conflictos y ostracismo
Por otro lado, Elisabeth Shaw, CEO del centro de terapia de parejas Relationships Australia NSW, coincide en que este comportamiento puede calificarse como abuso emocional, pues incluso si no hay intención de lastimar, la ley del hielo puede tener consecuencias “tortuosas y molestas” para el receptor, y se convierte en una verdadera preocupación cuando se trata de un comportamiento repetitivo, expresa Shaw al medio ABC de Australia.
“En las relaciones que generalmente parecen ser seguras, la ley del hielo es un ejemplo de una regulación emocional muy pobre y un manejo deficiente de los conflictos”, dice Shaw. “Cuando ocurre en situaciones de violencia doméstica, generalmente es parte de una estrategia de control y con frecuencia ocurrirá junto con otros comportamientos psicológicos y físicamente dañinos, y se necesita intervención profesional para que esto cambie”, comenta.
Cualquiera sea la motivación del silencio, el psicólogo y terapeuta de relaciones Sian Khuman dice que es “una de las formas más extremas de expresar emociones”. La persona que es ignorada casi siempre lo verá como una forma de castigo que puede ser “tortuoso”, agrega.
Por lo mismo, propone que en vez de quitar la palabra, puedes decirle a tu pareja que te de tiempo para calmarte o pensar más tranquilamente, pues así le das al “silencio” una explicación y un marco de tiempo.
La psicóloga Karen Gonsalkorale de la Universidad de Sydney, que ha investigado el ostracismo, explica que en general cuando pregunta “¿por qué le hiciste la ley del hielo a tu pareja?”, la respuesta que recibe es “quería castigarla”. Pero también hay otras.
“A veces dicen ‘quería evitar que se intensificara, había un conflicto, se estaba yendo de las manos, necesitaba retirarme"”, cuenta, agregando que muchos usan esto como una estrategia para apagar discusiones, pero no funciona.
Otras personas simplemente se “congelan en silencio”, dice Shaw, añadiendo que ha “trabajado con personas que se sienten tan encerradas en su propia molestia o su propia reactividad en general que en realidad les resulta difícil hablar. Incluso si saben que su pareja está sufriendo, no pueden superarlo”.
Shaw dice que la ley del hielo se convierte en un problema real cuando es un patrón y no se explica. “Y la persona generalmente no se responsabiliza ni reconoce que es un problema”, señala.
Según la experta, quienes son víctimas de la ley del hielo pueden experimentar dolor emocional, autoestima reducida, sensación de pérdida de control y sensación de rechazo, entre otras cosas. Es más, una investigación de la Universidad de Sydney incluso encontró en “casos extremos de ostracismo repetido”, que los receptores pueden reportar depresión, trastornos alimenticios e intentos de suicidio.
“La gente que hace frente a la ley del hielo a menudo trata de ganarse a la persona y se siente más herida cuando no tiene éxito”, dice Shaw. Por otro lado, señala que al reprimir la ira, se puede dañar una relación de manera irreparable, pero tampoco se trata de estallar. Ella sugiere demostrar que estás abierto a resolver las cosas diciendo algo como: “Estoy afectado por cómo manejas lo que sucedió, y me gustaría que te detengas y que vuelvas a hablar conmigo sobre esto”. Si la persona continúa en la misma actitud, Shaw recomienda dar un paso al costado.
“Puede ser mejor que te digas a ti mismo: ‘He hecho lo que puedo y ahora necesito volver mi atención para no ser torturado por esto"”, explica
Si es tu caso, los expertos recomiendan buscar ayuda en una terapia de parejas y evaluar la continuidad de la relación si se constituye como un patrón tóxico y repetitivo.