El próximo 14 de marzo se conmemora el Día Contra el Ciberacoso Escolar, realidad que muchos estudiantes viven a diario a lo largo del país. Si bien aún no existe una ley que penalice este tipo de violencia, es un tema que ya se debe trabajar desde la prevención en los colegios.
Según la Fundación para la Convivencia Digital, el ciberacoso o cyberbullying escolar se define como toda acción u omisión constitutiva de agresión u hostigamiento reiterado realizada fuera o dentro del establecimiento educacional por estudiantes que, en forma individual o colectiva, atenten en contra de otro estudiante, valiéndose para ello de una situación de superioridad o de indefensión del estudiante afectado. Esto último incluye maltrato, humillación o fundado temor de verse expuesto a un mal de carácter grave, ya sea por medios tecnológicos o cualquier otro medio, tomando en cuenta su edad y condición.
Este tipo de situaciones se han normalizado entre escolares, sin duda en estos días, de manera reiterativa. Este 14 de marzo es el Día Contra el Ciberacoso Escolar, buscando educar en la prevención de este tipo de violencia en la comunidad estudiantil, además de educar en el buen trato digital.
Según Soledad Garcés, directora de la Fundación para la Convivencia Digital, el cyberbullying “genera –en los alumnos- desconfianza, imposibilidad de controlar y cortar lo que están viviendo. Es una sensación muy angustiante para los menores ver que 24/7 se habla de ti en las redes y que se habla mal”.
Un estudio realizado por la Fundación para la Convivencia Digital y la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes a un total de 2.441 estudiantes de 4° a 7° básico de varios puntos del país, con una edad promedio de 10 años, arrojó respecto a este fenómeno digital que un 24% de los encuestados ha visto que le hicieron Cyberbullying a otro/s enviando mensajes crueles e hirientes o fotografías ofensivas por medio de Internet o Redes Sociales, mientras que un 8% declara haber vivido una o dos veces algún episodio de Ciberacoso, en donde ha recibido mensajes, fotos o videos crueles e hirientes por medio de Internet o Redes Sociales. Esta última cifra eventualmente podría ser más alta, de no ser por el temor que tienen muchos niños, niñas y jóvenes de denunciar este tipo de abusos.
“Prohibir el uso del celular como estrategia de prevención de cyberbullying no va a resolver el problema, ya que debemos modificar una conducta, una forma de trato con los otros en el mundo digital. Podemos limitar su uso en menores y reglamentar el uso de Redes Sociales, pero la agresión y el cyberbullying van a existir igual sino educamos en el manejo de las emociones y en el respeto a los demás. “, comentó Soledad.
“Efectivamente, los menores de edad deben tener acceso regulado a Internet y en especial a las Redes Sociales, pero, principalmente, deben ser educados en su buen uso desde la empatía, el respeto, el autocuidado y la comprensión de conceptos claves como la huella digital y los datos personales sensibles, aprendiendo a gestionar el mundo digital libre de riesgos”, añadió.
En nuestro país aún no tenemos una ley que penalice el ciberacoso, sin embargo, otras conductas de maltrato, como el acoso sexual de adultos a menores (grooming), las calumnias e injurias, la difusión de imágenes sin consentimiento o la difusión de imágenes privadas sin consentimiento, sí son acciones consideradas como delitos y suelen vincularse a situaciones de cyberbullying.
Algunas recomendaciones de la Fundación para la Convivencia Digital para erradicar el Ciberacoso en los colegios son:
– Conformar, en los colegios, equipos de profesionales especializados en convivencia escolar, con conocimientos en aspectos legales y técnicos, promoción del buen trato y resolución de conflictos en el mundo virtual.
– Incorporar actividades preventivas desde preescolar a IVº medio, que promuevan las claves de la ciudadanía digital y el autocuidado en internet.
– Capacitar a los profesores en su propio autocuidado en el mundo digital. Dales a conocer aspectos legales y las bases neurocientíficas relacionados con la convivencia digital.
– Promover el desarrollo de habilidades parentales orientadas a la formación digital de los niños y jóvenes de manera ética, segura y responsable.
– Incentivar el uso de las tecnologías sólo en contextos regulados, promoviendo que adultos y alumnos mayores sean un buen ejemplo hacia los más pequeños.
– Trabajar la empatía y el buen trato con buenos modelos formativos para los niños.
– Fomentar la denuncia de parte de la víctima e incentivar a quienes son testigos de agresiones, a poder decir “basta”. Los testigos pueden ser quienes frenan el acoso y apoyan a quien lo sufre.
– Invitar a los padres de las víctimas a pedir ayuda al colegio.