Aunque cada familia es diferente, existen algunos elementos comunes que pueden contribuir a que la relación sea emocionalmente saludable.
Así lo afirma la psicoterapeuta experta en trauma familiar, Kaytee Gillis, quien escribió una columna al respecto en el portal especializado Psychology Today.
“Cada vez que realizo capacitaciones o empiezo a trabajar con clientes que están comenzando su camino de recuperación de un trauma familiar, me gusta repasar algunas características básicas de las familias saludables. Si no sabemos lo que es saludable, es difícil identificar lo que no lo es”, expresó.
Gillis dijo que si bien parece algo fácil de identificar, “muchos de nosotros no somos conscientes de lo que hace que una familia sea saludable o normal”.
6 características de una familia emocionalmente saludable
La especialista señaló que en su experiencia, identificó 6 características que suelen tener las familias que tienen un ambiente saludable.
1. Respetan los límites emocionales y físicos
En una familia saludable, los miembros de la familia, tienen privacidad, y todos respetan y entienden eso.
“En familias saludables, los padres hacen la mayor parte del trabajo emocional con sus hijos al modelar la empatía, el autocontrol y los comportamientos apropiados en respuesta a las emociones o el estrés. El papel de los niños es aprender”, explicó la especialista.
2. Ven a cada miembro de la familia como un individuo con una opinión
“Todos pueden tener una opinión y todos los miembros de la familia deben respetar y permitir que esas opiniones se expresen siempre que sean respetuosas, incluso si los adultos toman la decisión final”, manifestó la profesional.
En este sentido, “las familias donde hay poco espacio para opiniones diferentes, es común que los niños crezcan y se conviertan en adultos que no saben quiénes son. Cuando siempre te enseñan cómo y qué pensar, es normal que no sepas cómo hacerlo por ti mismo”, añadió.
3. Establecen reglas y expectativas consistentes, justas y apropiadas para la edad
Gillis expresó que “todas las familias tienen reglas y sería normal encontrar hogares con diferentes conjuntos, pero las reglas que son inconsistentes o no apropiadas para la edad crean un ambiente de confusión y caos”.
“Los niños todavía están creciendo y aprendiendo, por lo que las expectativas de un cuidador sobre ellos no deben ser las mismas que sus expectativas sobre ellos mismos o sobre otros adultos”, añadió.
4. Satisfacen las necesidades de cada persona de manera apropiada
“Todos los miembros se preocupan por la salud y el bienestar de los demás, pero de una manera apropiada para su edad”, dijo la experta.
En esta línea, “los padres brindan atención emocional a los niños; no al revés”, indicó.
5. Todos los miembros de la familia se sienten seguros y protegidos
“Los niños de una familia saludable se sienten seguros, aprendiendo, creciendo y cometiendo errores”, señaló.
La psicoterapeuta agregó que estas familias “tienen una sana comprensión de los errores y entienden que no desafiarán ni amenazarán su seguridad. El amor es incondicional”.
6. Saben que se pueden cometer errores y perdonan de manera saludable
Por último, Gillis puntualizó que los miembros de una familia sana, “entienden que todos somos humanos, que estamos aprendiendo y creciendo”.
“El conflicto se maneja de manera apropiada y segura, con adultos modelando formas apropiadas de manejar desacuerdos y disputas”, expresó.
“Estas familias exploran los errores para comprenderlos y mejorarlos, en lugar de avergonzar a las personas por ellos. Los niños entienden que serán castigados por un comportamiento inaceptable, pero que también serán perdonados por cometer errores, en lugar de tenerlos en su contra durante años”, finalizó.
Qué hacer si mi familia no cuenta con una o más características
La especialista recomendó tomarse un momento para pensar en tu historia familia y recordar si las características anteriores estuvieron presentes.
“A menudo, las personas que experimentaron un trauma en la familia de origen no tendrán estas experiencias. Esta lista puede darte una idea: si ninguna de estas tuvo lugar en tu hogar, eso podría ser una señal de que las cosas no eran saludables”, indicó.
Eso puede ser un impulso para tomar terapia y sanar esas heridas.
Por otro lado, si de forma aislada una o dos de estas características en algún momento no estuvieron presentes en tu familia, eso no quiere decir que tu hogar fuera disfuncional.
“Diferentes hogares pueden tener diferentes ideas sobre si los niños pueden expresar sus opiniones y cómo, según la dinámica familiar individual, como la cultura, la generación y otros factores. Todos los elementos anteriores tampoco tienen que existir juntos para que una familia sea saludable”, explicó.
Pero, ¿cómo sanar una herida familiar de infancia? Si bien la autorreflexión es importante, la terapia puede ayudar con el proceso, aunque también hay otras vías.
“Muchas personas encuentran apoyo de otras formas, como llevar un diario, apoyo grupal, espiritualidad y otras formas de apoyo y autorreflexión. Hacer el trabajo para desaprender comportamientos disfuncionales es esencial para el crecimiento interpersonal”, ejemplificó Gillis.