Repartir los quehaceres del hogar entre todos los miembros de la familia es una práctica que recomiendan los expertos, y tiene un principal beneficio para los más pequeños, pues los prepara para ser adultos exitosos.
Roger Ballescà, psicólogo infantil, indicó a La Vanguardia que incluir a los hijos en las tareas domésticas ayuda a reforzar el valor de la responsabilidad y, sobre todo, los hace más autónomos.
“Aunque en nuestra sociedad hay cierta tendencia a la sobreprotección, se debe tener en cuenta que cuando a un niño o una a niña no se le deja hacer aquellas cosas para las cuales ya está preparado, lo que hacemos es limitar sus propias capacidades y autonomía”, explicó.
Laura Aguilera, también psicóloga infantil, detalló al mismo medio que el autoestima y la confianza de los niños también se ven beneficiados con esta práctica.
“Se verán capaces de hacer sus quehaceres, lo que les prepara para verse capaces de afrontar nuevas tareas en ámbitos distintos de su vida, como son los estudios y la escuela, así como su adaptación social con sus compañeros y amigos”, comentó Aguilera.
En este contexto, repartir equitativamente las tareas del hogar contribuye a reducir la brecha de género, pues la desigualdad entre hombres y mujeres se forma desde temprana edad, en situaciones tan cotidianas como estas.
Por ejemplo, Ballescà afirma que un error garrafal es designar tareas según el género de los hijos. “Además de generar una serie de estereotipos que son absurdos en la época en la que estamos, es muy contraproducente para su desarrollo”, expresó.
Tareas según la edad
La psicopedagoga María Luisa Regadera y la psicóloga Alicia López de Fez señalaron al medio ABC que hay que tener en cuenta la edad y las habilidades de los hijos para pedirles que ayuden en el hogar.
De esta forma, detallaron tres principales etapas y ejemplos de quehaceres que pueden realizar los hijos en casa.
Desde los tres años: recoger sus juguetes, ayudar a poner y retirar la mesa, regar las plantas, entre otros.
A partir de los cinco o seis años: hacer la cama algunos días de la semana, escribir la lista del supermercado, ayudar a cocinar, ser responsables de la mochila para el colegio, etc. Esto, bajo la guía de un adulto.
Adolescentes: hacer la cama todos los días, ordenar su pieza y mesa de estudio, lavar la loza, tender ropa, comprar pan, entre otros. A más edad, más responsabilidades, explican las expertas.
Consejos para los padres
Esta es una práctica colaborativa, por lo que no solo los hijos tienen que poner de su parte, sino que también los padres.
A continuación te dejamos 6 tips de Regadera y López de Fez que deben seguir sí o sí los adultos.
1. No realizar las tareas que ya fueron designadas. Trabajar es impulso y reemplazarlo por compañía.
2. Asignar tareas que sean capaces de hacer. Por ejemplo, que estén relacionadas a sus pertenencias y pasatiempos.
3. Explicar claramente lo que tiene que hacer y cómo. Además, una buena idea es poner un límite de tiempo, para así medir el esfuerzo personal.
4. Refuerzo positivo. Los padres o el adulto responsable debe mostrarse positivo y incentivar a los niños por su esfuerzo, explicándoles los beneficios que tiene su colaboración para la familia.
5. ¿Ocurrió alguna discusión que afectó el estado de ánimo de tu hijo? No le pidas que realice tareas cuando hay una barrera emocional, primero hay que solucionar aquello.
6. Paciencia. No siempre será fácil, pero si se es constante con la enseñanza, en algunos años más verás los frutos de tu esfuerzo y el de tus hijos.