Antes de la pandemia, ya había en las escuelas niños con distintos grados de dificultades para prestar atención, inquietos, que se distraían fácilmente, con problemas para terminar los trabajos escolares y para seguir indicaciones.
Estas son características del trastorno de déficit de atención (TDA), un trastorno del neurodesarrollo que no se limita al área escolar, sino que afecta en forma global a quien lo padece en todos los ámbitos de su vida y cuya prevalencia mundial “fluctúa entre 4% a 12% y que en Chile es alrededor del 7%”, de acuerdo con Joanna Borax, Neuróloga de la Infancia y Adolescencia, miembro del Directorio de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia (SOPNIA).
En medio de la pandemia, este escenario se trasladó al interior de la casa, impactando de dos formas a los niños, dependiendo del subtipo de TDA que presenten.
“Hay dos caras de la moneda: los niños que tienen el TDA predominio desatención, en algunos casos durante el confinamiento han rendido mejor, pero eso supeditado a que en sus hogares se reproducen condiciones de ser alumnos únicos con todos los factores controlados y predecibles, si es que los padres se han preocupado de proveerles ambientes libres de distractores”, afirma la Doctora Borax.
Al contrario, en el caso del TDA subtipo hiperactivo impulsivo (TDAH), “el confinamiento ha agravado el desempeño tanto en las clases en línea como en conducta, ya que el solo hecho de tener restringido el movimiento fuera de su hogar les genera frustración creciente y peor control de impulsos”, agrega la especialista. En esa línea, la reciente noticia de que los niños tienen un permiso especial para salir de sus hogares, respetando las medidas de prevención, viene a dar un verdadero respiro a la familia completa ya que podrán tener un momento de esparcimiento al aire libre, aunque sea solo una caminata por su barrio.
La neuróloga infantil señala que, en medio de la pandemia, “muchos han interrumpido su tratamiento por falta de control médico y, aunque está la opción de telemedicina, los niños que usan medicación no tienen disponible la receta en línea si se trata de receta retenida. Esto ha entorpecido un buen control de algunos pacientes, generando un trastorno de conducta creciente en un hogar con un niño con TDAH, lo que puede derivar en grados de violencia intrafamiliar”.
Recomendaciones para controlar el TDA en casa
La especialista entrega consejos para controlar el TDA en esta época:
– Debe haber una estructura clara en el hogar en términos de rutinas y horarios, con flexibilización, pero sin perder rutinas básicas que incluyan horarios de alimentación, de sueño, de actividades obligatorias y de ocio.
– Si algún niño o adolescente o alguno de sus padres tenía algún diagnóstico neuro psiquiátrico previo a la pandemia, debe en forma prioritaria mantener tratamiento ya que esto se puede agravar por el sólo hecho de estar confinado.
– Es fundamental tener ambientes ordenados y predecibles, reiterando que las rutinas y horarios ayudan. Si el niño o adolescente sabe que se levanta a una hora determinada y se mantendrá en clases por un horario establecido, podrá evitar una pelea/negociación para levantarse. Para ello, el ejemplo del adulto es fundamental.
Por otra parte, la especialista de la SOPNIA también llama a considerar que “hay pacientes que van a debutar con dificultades conductuales ahora, sin haber tenido antecedentes, y ellos son prioridad también para ser evaluados debido a que familiarmente hay un engranaje y lo que le afecta a uno les afecta a todos. Tratar el caso índice, que puede ser un niño o adolescente deprimido, va a ser un factor protector evitando que toda la familia se arrastre a dificultades de salud mental”.
Salud mental en los niños
En efecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que, ante situaciones de crisis como la pandemia por COVID-19, los niños perciben la preocupación y pueden estresarse, expresándolo de diferentes formas: sentirse más apegados, más retraídos, ansiosos, enojados, agitados.
Es por ello que la OMS y la OPS son categóricas al expresar que el bienestar mental es un componente fundamental de la definición de salud.
Buscar ayuda a tiempo y continuar los controles con los especialistas en el caso de los niños que padecen TDA es vital para protegerlos de complicaciones y, a su vez, proteger al núcleo familiar.