Existen ciertas cosas que los padres saben que no deben hacer delante de sus hijos como fumar o discutir con su pareja, pero hay otras que no son tan evidentes.
Carrie Contey, doctora en psicología y experta en crianza, señaló a la revista Men’s Health que hay conductas de los papás que pueden parecer inofensivas pero que envían un mal mensaje a los niños. Por ejemplo, “si quieres que (tus hijos) sean activos, no puedes simplemente pedirles que vayan a jugar mientras tú miras la televisión”, afirma.
Los niños aprenden cómo vivir mediante la observación, dice Contey. Por lo mismo, aunque hagas ejercicio todos los días, si tus hijos no te ven que lo haces, no entenderán que la actividad física es parte de tu rutina.
En este sentido, la experta menciona otras conductas que deberías evitar delante de los más pequeños.
1. Decir mentiras blancas
La mentira es una práctica tan común en la vida de un adulto que es posible que no te des cuenta de que lo estás haciendo, pero tu hijo lo sabrá, dice la psicoterapeuta Alyson Schäfer, autor de “Honey, I Wrecked the Kids” (Cariño, destrocé a los niños). Lo más probable es que el niño siga tu ejemplo y suponga que no es gran cosa mentir.
2. Esconder una verdad a tu cónyuge
Darle a tu hijo comida chatarra a escondidas y luego pedirle que no le cuenten nada al papá o la mamá, puede no ser tan inofensivo como parece. Schäfer dice que con esto no se crea un vínculo especial entre padre e hijo, sino que sólo se le demuestra al niño que está bien mentirle a sus padres, además de desautorizar al cónyuge.
3. Ser sarcástico
A los adultos les parece divertido el sarcasmo, pero los niños no lo entienden. Por ejemplo, si le dices a un pequeño que le saldrá un árbol de sandías en el estómago por tragarse una pepa de sandía, es probable que sufra en lugar de reírse. “Él no va a entender que no es serio. Los niños son dolorosamente literales, todo el tiempo”, afirma Contey.
4. Pasar demasiado tiempo en tu teléfono o tablet
Si quieres que tu hijo se interese por los libros, los juegos didácticos y diversos tipos de cosas, deberías dejar tu teléfono o tablet de lado cuando estás con él. Si te ve siempre concentrado en tu dispositivo, es probable que siga el mismo camino, y no se interese por las actividades propias de su edad.
5. Perder la paciencia
“Los niños tienden a creer cualquier cosa mala que pasa es culpa de ellos”, explica Susan Newman, psicóloga infantil y autora de “Parenting an Only Child”. Por eso, aunque estés enojado porque algo que pasó en el trabajo o cualquier otra razón, tu hijo asumirá que estás molesto por algo que él hizo y se asustará.
6. Burlarse de un amigo o pariente
Hablar de tu amigo “perdedor” o pariente “borracho” no es una buena idea porque se graba en el cerebro de los niños, dice Newman. Es probable que tu hijo lo repita, y no sólo te avergüence, además se acostumbre a etiquetar a las personas.
7. Bromear sobre su profesor o su escuela
Schäfer advierte que mientras tú piensas que es inofensivo burlarte del profesor estrafalario de tu hijo, él asumirá que no se debe tener respeto por esa persona o por su escuela, si la broma era sobre el establecimiento.
Otras cosas que no debes hacer si quieres que crezcan felices
Óscar González, profesor y director de Escuela de Padres con Talento de España, señaló al diario ABC algunos errores comunes que suelen cometer los progenitores con sus hijos, y que muchas veces impiden que un niño crezca feliz.
– No prestarle atención o no dedicarle tiempo exclusivo. “Una de las peores cosas que podemos hacer es no atenderlo (al hijo) pues el mensaje que le transmitimos es el siguiente: me importas bien poco”, señala Óscar González, añadiendo que es necesario dedicar como mínimo media hora en exclusiva al niño.
– Decirle que no lo quieres o amenazarlo con que lo vas a dejar de querer. El amor hacia los hijos debe ser siempre incondicional e innegociable, nunca debemos usar el cariño como chantaje, pues para formar a personas seguras de sí mismas es imprescindible que el niño sepa que sus padres siempre lo amarán.
– No dejarles tomar decisiones. Cuando los niños son pequeños, los padres son sus guías. Pero eso no quiere decir que siempre deben imponerle ideas. A medida que los niños crecen es fundamental que comiencen a tener mayor autonomía y tomar decisiones propias. De este modo, aprenderán que sus acciones y decisiones tienen consecuencias.
– No dejarles expresar sus emociones. Los niños desde pequeños deben aprender a identificar sus emociones, ya sean tristeza, enojo o alegría. Por eso es vital conversar acerca de cómo se sienten ellos y cómo creen que se sienten los demás y no terminar las conversaciones con el clásico “no llores” o “no te enojes”. El especialista recomienda que “los padres muestren sus emociones a los hijos e incluso pueden explicarles y mostrar que están enojados por alguna conducta impropia del hijos”.
– Permitirle todo. Un niño no podrá ser feliz si no se les ponen reglas y límites claros, imponiendo su voluntad cuándo, cómo y dónde se le antoje. González dice que los niños necesitan escuchar la palabra “NO” de la boca de sus padres, porque les ayuda a desarrollar la sana convivencia, y regirse por las normas y no sus deseos irrefrenables.
– Pegarle. La violencia o las agresiones físicas no son educativas, por lo tanto, no cambiarán a futuro la conducta de los niños. Los golpes sólo lograrán que el niño se sienta mal y no aprenderá el “por qué” de lo que hizo está mal. Además, creerá que las agresiones son una manera de resolver conflictos.