El próximo 10 de octubre se celebrará el Día Mundial de la Salud Mental, fecha que este año buscará concientizar y movilizar a la población en la prevención del suicidio.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año, cerca de 800 000 personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse. “Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años”, señala la OMS.
Para la ONG Mente Sana – www.fflorespsicologo.com-, en Chile más de un millón de chilenos sufre de ansiedad y cerca de 850 mil padecen depresión. Se trata de cifras sumamente preocupantes, ya que Chile es el segundo país de la OCDE que más ha aumentado su tasa de suicidios durante los últimos 15 años.
Francisco Flores psicólogo y director de ONG Mente Sana, sostiene que el país “tiene un círculo vicioso: por un lado, altos indicadores de vulnerabilidad en salud mental versus políticas públicas precarias. No hay ley aún de salud mental y el gasto público en salud mental es cerca del 2,1% a pesar de compromisos y planes para aumentarlo”.
Y, a pesar de algunas iniciativas, las tasas se mantienen o incrementa. También el consumo de psicofármacos, lo que “indica que estos no son la solución fácil, sino que al contrario pueden ser parte del problema, lo que en la práctica se traduce en mucha gente patologizando malestares comunes y mucho sobrediagnóstico de trastornos”, sentencia el director de ONG Mente Sana.
A nivel nacional, la depresión y los trastornos de ansiedad son los principales motivos de consulta en adultos, junto al estrés, agotamiento físico y nervioso; a nivel juvenil la llamada “clínica del vacío”, referida a crisis de sentido, aislamiento y soledad, con conductas disyuntivas o impulsivas marcen hoy la tendencia.
De igual forma, “las consultas por diversos problemas de disfunciones sexuales o falta de ánimo al respecto son significativas”, asegura Francisco Flores.
“Lo más alarmante son los indicadores de suicidios a nivel infanto juvenil (hasta 15 años), donde Chile tiene las tasas más altas de crecimiento junto a Corea del Sur, dentro de los países de la OCDE. Por si fuera poco, a nivel escolar es preocupante el sobre diagnóstico de déficit atencional, que no hace más que patologizar todo tipo de conductas como trastornos”, agrega el especialista.
Al analizar cuáles son los problemas que más está preocupando a la comunidad médica entorno a la salud mental de los chilenos, Francisco Flores explica que la mirada estrictamente médica ve el fenómeno como crisis sanitaria, “sin tener en consideración el contexto social en el que se están produciendo”.
La solución médica no puede reducirse a patologizar la vida cotidiana. “No toda tristeza o pesar es depresión, no todo cansancio es solo estrés que requiera de fármacos para eliminarlo. La anulación de lo subjetivo y singular, por clasificaciones y estándares, es camino expedito para patologizar y medicar la vida cotidiana”, explica el especialista.
Para los próximos años, el director de ONG Mente Sana explica que los objetivos deberán centrarse en aumentar la discusión pública en torno a qué entendemos por salud mental, creando nexos con el tipo de sociedad y dinámicas sociales que estamos construyendo y desarrollando, junto con lograr aprobar una Ley de salud mental de manera de incorporar las enfermedades físicas o su prevención con el mismo nivel de cobertura que hoy poseen las enfermedades psicológicas.