Hace unos días causó profunda conmoción la noticia de que el actor de Disney, Cameron Boyce, murió mientras dormía en su domicilio.
Luego se supo que el joven de 20 años sufrió un ataque de epilepsia mientras descansaba. Este lo llevó a convulsionar durante algunos minutos, hasta que su cuerpo no pudo seguir resistiendo.
Según explica el Dr. José Luis Castillo, neurólogo de Clínica Santa María, la epilepsia corresponde a un síndrome que afecta el sistema nervioso central y algunas de sus causas pueden ser “un trauma de cerebro, infecciones como meningoencefalitis, consumo de drogas, accidentes cerebrovasculares y demencias”.
Pero, ¿qué tan común es que alguien muera producto de la epilepsia? En el caso de Cameron se trató de una muerte súbita por epilepsia (SUDEP, por sus siglas en ingles) y “es algo muy poco común. En general ocurre en pacientes con epilepsias mal controladas con crisis frecuentes (refractaria) o en pacientes con mala adherencia al tratamiento (pseudorefractariedad) y es más frecuente en pacientes con crisis nocturnas especialmente convulsivas”, explica la Dra. Anna Milán, neuróloga de Clínica Dávila, especialista en epilepsia.
“Distinto es la muerte en el contexto de una crisis, que es también muy poco frecuente y pudiera ocurrir secundariamente a un traumatismo encefalocraneano en el contexto de crisis”, aclara Milán.
De acuerdo a la Epilepsy Foundation de EEUU, aunque no es común una muerte derivada de esta enfermedad, hay contadas ocasiones en que las convulsiones por un ataque pueden conllevar a lesiones serias o incluso el fallecimiento, dependiendo de diversos factores.
La mayoría de los ataques finalizan por sí solos y sólo provocan problemas menores, pero en algunos casos estos pueden provocar cortes, caídas o quemaduras que requieran atención médica. Un punto de especial cuidado son las bañeras. De hecho, el ahogamiento es la principal causa de muerte entre personas con epilepsia, por lo que el organismo recomienda usar sólo duchas.
El ente recalca que no se conocen las razones exactas de la Muerte Súbita por epilepsia, pero sí que su ocurrencia es en extremo rara: sólo 1 de cada 1.000 epilépticos muere por SUDEP, y suele relacionarse más con quienes no tratan adecuadamente su condición.
¿Qué hacer en caso de presenciar una crisis epiléptica?
El doctor Alfredo Labarca, urgenciólogo de HELP, señaló algunas recomendaciones al respecto:
– Tranquilizarse y mantener la calma.
– Mover los objetos que se encuentren cerca de la persona que sufre el ataque para que no se golpee.
– Aflojar cinturones, corbatas, o cualquier prenda que pueda estar muy apretada.
– Colocar una almohada debajo de la cabeza del paciente para prevenir que la persona se golpee.
– Poner a la persona de lado y mantenerla en esa posición mientras dure el ataque.
– Acompañar a la persona mientras dure el ataque, hasta que recupere el conocimiento.
– Tomar el tiempo de la convulsión. Si dura más de 5 minutos, llamar a un servicio de urgencia.
– Al finalizar la crisis, la persona con epilepsia debe descansar y dirigirse donde su médico tratante o a un centro médico a la brevedad.
¿Qué NO hacer en presencia de un ataque de epilepsia?
NO sujetes a la persona para evitar que se mueva.
NO introduzcas objetos en la boca de la persona porque podría provocarle lesiones en su mandíbula o dientes.
NO le practiques Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) ni respiración boca a boca.
NO le des alimentos ni agua hasta que la persona esté totalmente recuperada.
El Dr. Sergio Juica, neurólogo de Clínica Biobío, agrega que sufrir estos episodios puede traer algunas secuelas. “Las crisis epilépticas en sí misma no son inocuas en el cerebro y pueden producir, por ejemplo, deterioro cognitivo (alteraciones memoria y/o concentración) a largo plazo. Por eso la recomendación general es que los pacientes con epilepsia estén en tratamiento y control de forma periódica con un especialista”, asegura.