El Ministerio de Salud ya dio inicio al proceso de selección de usuarios que podrán formar parte del Programa de Resolución de Abdominoplastías, el cual resolverá un histórico problema que afecta a cientos de personas y que en esta oportunidad beneficiará a 974 chilenas y chilenos que padecen la llamada “guatita de delantal”. Sin embargo, el origen de este problema es la obesidad y producto de ello, no todos los casos son candidatos a esta cirugía de abdominoplastía.
Según la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica, las exigencias del plan hacen difícil acceder a este beneficio ya que, el 90% de los pacientes candidatos a la abdominoplastía para corregir la “guatita de delantal”, sufre de obesidad desde moderada a mórbida, asociada a dos o más enfermedades adicionales, y el beneficio corre para quienes tienen menos de dos enfermedades crónicas pre existentes.
Obesidad
Chile tiene el segundo lugar en prevalencia de obesidad en Latinoamérica con un 65,3% de obesos adultos -siendo más las mujeres que los hombres- precedido solamente por México, según la Organización Mundial de la Salud. Ante este escenario, Fonasa implementó en el año 2008 el programa de cirugía bariátrica como tratamiento de la obesidad destinada a algunos beneficiarios que padecen de obesidad mórbida.
“Esto debido a que es considerada una enfermedad crónica, con altas tasas de ocurrencia en la sociedad contemporánea y con riesgos de mortalidad elevados, al asociarse con enfermedades cardiovasculares, diabetes, cánceres, entre otros. Sin embargo, la frecuencia de este procedimiento en el sistema público está muy por debajo de la necesidad real del país”, señala Nicolás Quezada, médico cirujano digestivo de la Universidad Católica de Chile.
La cirugía bariátrica corresponde a los procedimientos que buscan disminuir la capacidad de ingesta y absorción de los alimentos mediante la manipulación del tubo digestivo, lo que induce a la pérdida de peso significativa y sostenida en el tiempo.
Sin embargo, todo esto tiene una importante consecuencia. Muchos hombres y mujeres que se someten a este tipo de cirugías pasan a ser personas disconformes y avergonzadas de su cuerpo, debido a los colgajos de piel tras la pérdida de kilos. Desde ahí, para muchos pacientes surge la necesidad de una cirugía plástica reconstructiva para corregir los excesos de piel.
Reconstruir el cuerpo en la medida de lo posible
Desde el punto de vista médico, se considera paciente con “baja masiva de peso”, tanto al que bajó de peso gracias a una cirugía bariátrica, como a aquellos que bajan de peso gracias a cambios de estilo de vida mediante dieta y ejercicios. Por lo que ambos son candidatos a cirugías reparadoras. Lamentablemente, desde un punto de vista previsional, el segundo grupo de pacientes se encuentra excluido de coberturas, y deben, por tanto, buscar opciones particulares. En el caso especial del nuevo programa del gobierno, esta diferencia no existe.
Tras una baja abrupta de peso, son necesarias varias intervenciones de cirugía plástica y habitualmente requiere un tiempo prolongado para llevar a cabo toda esta corrección. Normalmente estas intervenciones se realizan cuando ya se ha estabilizado el peso y esto suele ocurrir después de 18 meses de la operación de cirugía bariátrica.
Según el especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva, Juan Pablo Cisternas, “se considera apto al paciente que ha conseguido bajar de peso y ha logrado mantener estabilidad por al menos 3 meses. Sin embargo, cada cirugía se evalúa independiente, considerando beneficios y riesgos”.
Así como hoy existe un Programa de Resolución de Abdominoplastías impulsado por el gobierno para los casos de “guatitas de delantal”, hay otros programas de salud públicas y privadas que, de alguna manera, cubren estas intervenciones plásticas, especialmente la abdominoplastía y la lipectomia.
La abdominoplastía es considerada una cirugía reparadora para quitar el exceso de piel en el vientre. Y a lipectomía abdominal es similar pero cubre una cantidad más grande, del pubis al ombligo. En el caso de Fonasa el acceso para ambas intervenciones es a través del consultorio correspondiente al domicilio del paciente, para luego ser derivado a un establecimiento de salud pública. Mientras que en la Red Privada de Salud (Isapres), es a través de la Modalidad de Libre Elección.
Para algunos especialistas, la cirugía posbariátrica es una intervención que debería regularizarse en los sistemas de salud, ya que es una consecuencia de otras cirugías cubiertas por el Auge, como son las técnicas de bypass gástrico y/o gastroplastía vertical (gastrectomía en manga) para pacientes obesos.
“Existe un efecto muy marcado tras una una cirugía bariátrica. Por un lado el éxito de haber bajado de peso y dejar atrás la obesidad, y por otro lado enfrentarnos a una piel enferma, que ha perdido elasticidad, donde no hay más solución que una reconstrucción corporal a través de una cirugía”, señala el doctor Cisternas.
En este escenario llegamos a la creciente demanda de las cirugías post bariátricas, de muchos pacientes que han dejado atrás la obesidad. Se trata de una especialidad de cirugía plástica que tiene como objetivo la reconstrucción de los tejidos, para conseguir una armonía corporal, que muchas veces va más allá del abdomen o “guatita de delantal”.