Fumar es uno de los malos hábitos más comunes. En Chile, el 40,6% de los mayores de 15 años son fumadores, a pesar que el tabaquismo es la principal causa prevenible de muerte y enfermedad en el mundo, según cifras entregadas por el Ministerio de Salud.
En el mismo informe, el organismo asegura que 45 personas mueren por día en nuestro país por culpa de la adicción al cigarrillo, lo que desencadena un gasto anual de un billón de pesos en tratamientos a problemas de la salud relacionados con el tabaquismo.
A pesar que muchas personas fumen a diario, no logran reconocer que tienen una adicción o, simplemente, lo reconocen pero no generan conciencia al respecto.
Una de las alternativas para reconocer el tabaquismo, es responder a preguntas que ayuden a identificarlo. Un test usado para este proceso es el Test de Fagerström, encuesta que consiste en seis preguntas, cada una asociada a un puntaje.
En cada pregunta, el usuario debe responder y sumar el puntaje asignado. Es importante que sea honesto/a al contestar.
Una vez con el puntaje de cada respuesta, debe sumar los números y obtener un total. Entre el 0-2 se considera una dependencia muy baja; 3-4, dependencia baja; 5, dependencia moderada; 6-7, dependencia alta; y entre 8-10, dependencia muy alta.
“Si a la pregunta sobre la cantidad de cigarrillos que fuma, la respuesta es más de 20 al día, si fuma después de media hora de haberse despertado, o si tiene que parar su actividad diaria por fumar, entonces se presenta un puntaje sobre 6 y se considera que la persona tiene una adicción bastante fuerte al tabaco”, afirma el doctor Felipe Rivera, especialista broncopulmonar de la Universidad de Chile y la Clínica Dávila.
Efectos dañinos en todo el cuerpo
Asimismo indica que “prácticamente no hay órgano donde el cigarrillo no produzca algún tipo de daño: en el pulmón, ya sea en la forma de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), bronquitis crónica, cáncer. Igualmente, en la lengua, boca, laringe, esófago, estómago, colon, páncreas y en la vejiga”.
Y agrega: “Además, produce efectos negativos a nivel cardiovascular, pues quienes fuman tienen más probabilidades de sufrir infartos. También, a nivel vascular cerebral, aumentando las probabilidades de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV); junto a todo lo anterior, origina un detrimento vascular de extremidades inferiores debido a la falta de irrigación porque se tapan las arterias, entre otras consecuencias como la infertilidad en las mujeres y consecuencias en la piel”.
Algo más que voluntad
El especialista afirma que la voluntad es imprescindible para dejar de fumar; sin embargo, explica que ésta por sí sola únicamente permite que un 5% de las personas renuncie a este hábito. “La mayoría requiere algo más, como la terapia farmacológica, no farmacológica, o ambas”, afirma.
Rivera expresa que renunciar al hábito tabáquico implica más que recetar una tableta o un medicamento. “Se necesita de una terapia cognitivo-conductual, que abarca un cambio del estilo de vida. Ésta consiste en que, a través de la consejería, se enseñan los riesgos de fumar y las ventajas de abandonar el tabaco”, dice.
Sin embargo, el doctor explica que “hay algunas personas que pueden necesitar fármacos, que impiden la acción de la nicotina a nivel del sistema nervioso central, ya sea reprimiendo la llegada o haciendo que el efecto a nivel del centro de placer no sea tan evidente. También está la terapia de reemplazo de nicotina, que sustituye la enorme cantidad de ella que tiene el cigarrillo por sustancias con menor cantidad de esta droga y así se va disminuyendo la necesidad de nicotina cerebral”.
Hay que destacar que existen equipos médicos multidisciplinarios que pueden ayudar en esta tarea y que, generalmente, están compuestos por enfermeros, médicos, terapeutas, especialistas broncopulmonares, psiquiatras e internistas, entre otros.
Si quiere revisar otro test, lea desde la página 61 del manual Chile libre de tabaco.