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(Artículo 04 del Código Procesal Penal)
Durante las estaciones frías, el sistema respiratorio puede volverse más vulnerable a los agentes virales y bacterianos, aumentando el riesgo de enfermarnos.
Graciela Sanhueza, docente de Enfermería de la Universidad de las Américas, explica que esto se debe a los cambios bruscos de temperatura, el aumento de actividades en lugares cerrados y con poca ventilación, además del uso de calefacción poco apropiada, entre otros factores.
Sobre el tema, la especialista agrega que la contaminación no afecta a todos por igual, ya que en esto influyen cosas como la preexistencia de enfermedades crónicas o la edad del afectado.
Es bajo este escenario que la polución incrementa los riesgos, especialmente dentro de los hogares.
“Al interior de las casas, los principales riesgos son fumar, uso de calefacción a leña, especialmente con leña húmeda, y la calefacción a carbón o a gas”, sostuvo la experta.
Cabe destacar que actividades tan cotidianas como barrer hace que se levanten partículas en el aire, las que posteriormente pueden ser aspiradas.
Por su parte, Sanhueza agrega que las alfombras también pueden atrapar partículas, las que pueden ser liberadas al momento de pasar la aspiradora, aumentando el riesgo de provocar cuadros asmáticos.
Medidas de prevención
Para prevenir este tipo de afecciones el Ministerio de Salud (Minsal) entrega una serie de consejos. Estos son:
– Intentar evitar el contacto con personas resfriadas.
– Ventilar por al menos 10 minutos cada día los espacios cerrados.
– Encender y apagar las estufas fuera.
– No fumar al interior de los hogares.
– Barrer o aspirar cuando la casa esté vacía.
– Al secar la ropa, hacerlo en una pieza diferente a aquella en la que están los niños.
– Controlar los cambios bruscos de temperatura.
– No abrigar demasiado a los niños en lugares que estén muy calefaccionados.
– Evitar exponer a los niños ante aglomeraciones.
– Enseñar a los niños a lavarse las manos con jabón.
Por otra parte, desde el Minsal también relatan que la lactancia materna ayuda al correcto desarrollo del sistema inmunológico, protegiendo de las infecciones respiratorias a largo plazo.
Asimismo, reduce la probabilidad de padecer otitis media (la que es frecuente de los resfríos), disminuye el riesgo de hospitalización cuando el menor tiene una neumonía, y hace que los resfríos sean más leves y cortos.
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