El pasado 27 de mayo el Ministerio de Salud emitió una alerta sobre la presencia del Streptococcus pyogenes, la denominada “bacteria asesina” en el país.
El origen del anuncio se debió a que seis personas con influenza murieron luego de que los cuadros respiratorios se agravaran por la presencia del agente.
Esto generó preocupación en la población por evitar contraer bacterias en general. Optando así por diversas técnicas como el constante lavado de manos, método que ayudó en el combate del Covid 19.
Sin embargo, a raíz de esta medida surgió la duda sobre qué es mejor para secarse las manos, las toallas de papel o el secador de aire.
De acuerdo a una investigación conjunta de la Universidad de Leeds (Reino Unido), el Hospital Saint-Antoine (Francia) y la Universidad de Udine (Italia), la respuesta estaría en el funcionamiento de estos productos.
Según recogió BBC, el estudio calificó a los secadores de aire como “cañones de bacterias”, esto, pues son capaces de dispersar “cantidades alarmantes” de microbios.
Estas, al salir expulsadas por el aire, terminan en otras superficies, en las personas que transitan alrededor e incluso pueden permanecer en el aire.
De acuerdo a la investigación, la razón por la que estas bacterias sobrevivan y salgan expulsadas se debe a que el lavado de manos no se hace de manera correcta.
Según los resultados del estudio, las diferencias entre el uso del secador de aire y las toallas de papel pueden ser dramáticas. En el análisis hecho en Italia, se detectaron 100 veces más bacterias en el secador que en el dispensador de papel.
Sumado a ello, la virulenta cepa bacteriana Staphylococcus aureus -distinta a la “bacteria asesina”- fue tres veces más prevalente en hospitales del Reino Unido cuando se usaron estos secadores, apunta el medio británico.
Un análisis de la empresa Tork sobre la “Encuesta global de Higiene y Salud” elaborada por Essity, el 68% de las personas prefieren el uso de toallas de papel, las que ayudan a reducir hasta en un 77% las bacterias que pueden quedar en las manos.
En conclusión, la mejor opción, al reducirla a solo estas dos, serían las toallas de papel, ya que “absorben el agua y microbios restantes en las manos y, si se desechan correctamente, hay menos potencial de contaminación”, detallaron en la investigación.
No obstante, cabe mencionar, que el uso de toallas de papel solo ayuda a prevenir la contaminación de bacterias, más no a matarlas.