Guardar el chocolate en el refrigerador no es buena idea. Esta práctica, tan extendida en verano para evitar su derretimiento, puede derivar en alteraciones del producto, por lo que si eres un amante de esta delicia, pon atención a lo que sí puedes hacer para conservar bien el chocolate.
Dejar dicho alimento en el refrigerador pone en riesgo su sabor, textura y aspecto. Así lo explica Julio Mogrovejo, experto de la chocolatería La Ibérica. “El chocolate es como una esponja, y va a adquirir todos los olores de los alimentos conservados en la misma nevera”, afirma el también gerente.
Las condiciones de almacenamiento son relevantes para que el producto mantenga su vida útil esperada. En general, un chocolate negro o de alto porcentaje de cacao tiende a conservarse mejor respecto a uno que tenga leche entre sus ingredientes.
¿Dónde puedo guardar -o esconder- mi chocolate, que no sea en el refrigerador?
“El ambiente debe ser lo más seco posible y que el producto se guarde, de preferencia, con su aluminio original, aunque también, en el caso de cuando lo guardamos en casa, en una bolsa donde se haya retirado la mayor cantidad de aire posible”, señala el especialista.
Aquí, Mogrovejo recomienda el método de envasado al vacío, donde se retira el aire y el oxígeno del empaque, el que ayuda a evitar la oxidación y prolongar el periodo de vida y calidad de un alimento.
La recomendación, en especial en épocas de altas temperaturas, es que el chocolate se consuma rápidamente una vez que se retire del lugar fresco, seco y sin fuentes calor donde tiene que ser almacenado. Julio remarca que los resguardos deben ser aún más estrictos cuando se trata de chocolate natural.
¿Por qué mi chocolate se puso blanquecino? ¿Está malo?
El experto explica que cuando el chocolate está muy frío, “la humedad se adhiere a su superficie y eso trae otro tipo de consecuencias, principalmente en su aspecto“. El frío y la humedad, muy propias de la nevera, ocasionarán que el producto luzca desagradable, con manchas”.
Sin embargo, dicho “mal aspecto” que adquiere nuestro chocolate al salir de golpe de un ambiente frío y húmedo como el refrigerador, para pasar a una temperatura ambiente mucho más templada, no afecta su consumo. No es que el chocolate se haya puesto malo; comerlo no causará daño.
La explicación a esto es simple: cuando la manteca de cacao se derrite (por el cambio brusco de temperatura), la textura del chocolate se altera e imprime rayas grises en la superficie. Se trata de una consecuencia más bien estética, porque el producto sigue estando en condiciones inocuas de ser ingerido, enfatiza el profesional.